
Sebastiasd
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yo empecé a enviar el año pasado, las expectativas son las de todos supongo, que me lean los jueces nomás po :c Pero lo que me interesa es saber los elegidos y esperar la votación del público, simplemente :)
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Es ilógico pensar que un sueño podría cambiar tu vida. Y mucho menos creer que es posible conseguir lo que soñaste. Hay que tener los pies sobre la tierra, pensaba muy a menudo Javier. Tenía más que claro, que lo que uno desea con toda su alma conseguir, no llega por arte de mágia, ni por limosna. Uno, con las ganas de un delincuente por conseguir su libertad, las busca. Es la idea poder cumplir los anhelos que tienes. Poder sentirte pleno contigo mismo. Saber que lo que haces por conseguirlo, lo repetirías una y mil veces. Porque lo que llega al final, sin lugar a dudas, no lo dejarías escapar nunca más. Javier, una mañana cualquiera se despertó de un sueño que le enterneció hasta lo más profundo de su ser. Tenía diez años y se encontraba en una plaza de juegos muy cerca de la casa en la que vivía en ese entonces, junto a una niña de pelo largo y negro como el mar por la noche, con un listón rojo sobre su cabeza, paliducha y vestida de short y polera. Se encontraban jugando en un resbalín. Veía desde arriba como él y ella disfrutaban del momento. Se reían a carcajadas mientras no paraban de subir y bajar, de caerse y pararse, de sonreír y gritar. Se mantuvo sobre esa escena hasta que de un momento a otro, dejó de mirarse desde arriba, y de vuelta en su cuerpo se encontró. Sentía tal cual como lo había hecho en ese entonces. Pensaba como ese entonces. Decía las cosas de ese entonces. Recordaba perfectamente lo de ese entonces. Era Javier quince años atrás, como si hubiera viajado en el tiempo. La veía con esa mirada tierna que se tiene a esa edad. Sabía que lo que le pasaba en su estómago no era una enfermedad, si no que, aun que lo negara, eran las mariposas que brotaban de las paredes de su estómago para hacerlo sentir vivo. Se percató de como sus mejillas comenzaron a acalorarse cuando hubo que despedirse de la niña. Recordó exactamente como fue que se despidió de ella antes que no la volviera a ver nunca más: Chao, Cristina. Te espero en el resbalín mañana por la tarde. Sígamos jugando juntos como lo hemos hecho durante las últimas semanas. Allí el sueño acabó. Despertó sobre su propia cama abandonado por la soledad que ni siquiera ya se encontraba en su casa y lloró. No entendía del todo, pero su corazón se había roto. Ahora, después de quince años, su corazón se quebraba como la primera vez en que se había enamorado de una niña que no lo vería jamás como un otro niño. Buscó unos pañuelos en su velador y se secó las lágrimas. Se levantó de su cama, se vistió y cómo si se hubiera encontrado en el mar con una botella y un papel dentro de ella, salió de su casa con unas hojas que decían: Estoy buscando a Cristina, si la conoce, por favor hágamelo saber. Al parecer le debo una disculpa por no haber vuelto a aquel resbalín del parque en el que tanto jugábamos.
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Recomendaciones y dudas de anime manga 2.0
Sebastiasd replied to Billy bat's topic in Animeadictos (No Descargas)
Tambien podrias verte la película de FSN despues de la serie. Es la misma historia, pero en un punto cambia mucho y termina con un final alternativo, cambia bastante y es bueniiiisima, se llama "Unlimited Blade Works" y recuerdo haberla visto en algun lado por Mediafire xD, yo vi esta película para refrescar la mente sobre FSN :tecito: a bacán. Asi no me pego la lata de los 24 capis de FSN Vale por el datiwis :banana: -
Recomendaciones y dudas de anime manga 2.0
Sebastiasd replied to Billy bat's topic in Animeadictos (No Descargas)
Es que ya vi Fate stay nite, pero hace eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeene tiempo. Pero si fate zero no está listeilors mejor me aguanto :c -
Recomendaciones y dudas de anime manga 2.0
Sebastiasd replied to Billy bat's topic in Animeadictos (No Descargas)
No pasa nah si veo Fate/zero antes que Fate Stay Nite cierto? xD -
Rígete Es cuando aguanto la respiración que a veces me doy cuenta que la vida no se me ha escapado por la boca. El aire por mis entrañas recorren cada rincón de mi interior buscando las salidas selladas por mis ganas de sentirme vivo. Tocan el timbre, no les responden. Se ríen a carcajadas, se joden. Saltan como locas, se voltean. Aúllan como perros y sólo los gatos terminan corriendo. Las puertas al parecer no abrirán, el candado de la tenacidad tiró su llave al más allá. Escúchame aire, algún poro sederá, ante las ganas infinitas tuyas, de salir ahora ya. Sobre los rieles hasta el mar ¡Carajo! La vida ha tomado un nuevo rumbo y mi tren todavía no se asoma desde el horizonte hacia acá. Recuerdo mi niñez sobre los trenes como si hubieran sido ayer. Los viajes ocurren uno al lado del otro, los rieles parecen infinitos y mis yo mirando por la ventana se pierden entre tantos reflejos de mi reflejo. Voy solo, admirando los paisajes de cada viaje. El pasto, el desierto, los bosques, las vacas, aparecen para decorar los recuerdos que al parecer olvidarán, que alguna vez yo, morí en un tren con destino al mar.
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descargando, se agradece :banana:
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Julián creía muchas cosas respecto de su vida, sobretodo la amorosa. Daba por entendido todo y se confiaba siempre de sus creencias. Erróneamente, él actuaba. Sin darse cuenta, creía que siempre estaba en lo correcto, que sus ideales eran perfectos, que era el dios de sus sueños. No fue hasta que su vida comenzó a girar de otra manera que se dio cuenta. Necesitaba que algo así pasara para que de sus ojos, y sobre todo de su corazón, desaparecieran aquellas cataratas que le impedían ver. Cuándo su vida tomó un giro abrupto, sintió un dolor enorme que no era físico. Él creía que provenía de su alma, que ésta sangraba. Por dentro se sentía desfallecer. La humedad de la sangre de su alma provocó tanto peso que de un día a otro no se pudo mover más. Se hinchó como una pelota mientras postrado en su cama permanecía. Las uñas se le habían puesto rojas y sus ojos parecían que fueran a estallar. Julián se encontraba aniquilado. Su alma ya se le escapaba por la boca y cada respiración que tenía le permitía mantenerla dentro. Ya ni podía dormir y las ojeras se las tiñó su sangre. El desangramiento de su alma era algo más que una cosa interior. Julián pudo encontrarle una razón a lo que le sucedía. Fue triste para él, ya que en el final de sus días se encontraba y el final de su vida sólo era el comienzo para su travesía. El alma continuaba escapándosele por la boca. Aún la podía retener, sólo que su cuerpo ya no reaccionaba. Físicamente, había perdido las fuerzas, y su corazón, colapsado de sangre, dejó de latir. Sólo le quedaba su alma, el alma que de tanto sangrar terminó por inundarle las entrañas. Él ya podía verse desde arriba, ya que su alma aún permanecía en su boca. En su entierro supo la razón, el por qué de su muerte, el por qué de su alma desangrada. Él se había enamorado y al parecer las cataratas se encontraban allí todavía, más gruesas que antes. Y no fue hasta que se pudo ver a sí mismo, no desde un espejo, que pudo saberlo. Serenamente, su alma terminó de salir por completo de su cuerpo, chorreaba sangre invisible a los ojos de los vivos, y se puso a caminar. Caminó eternamente buscando el por qué de sus cataratas, intentado encontrar alguna razón para sus actos y por sobre todo, deseando recordar el rostro de la persona de la que él se había enamorado.
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te gusta el terror? Lee Stephen King, me gustó Un saco de Huesos. Mas relajado pero no menos bueno, Niebla de Miguel de Unamuno Leete las obras de Shakespeare, te van a gustar... bueno me tinca :tonto:
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Antonia era una niña de tan sólo siete años que se encontraba en el colegio cuando pudo entender del todo, que en realidad tenía un nuevo poder. En plena clase, la niña alzó su mano buscando la atención de su profesora. Cuando la tuvo, ella exclamó: ¡Tengo poderes, tengo poderes! Su profesora optó por ignorarla mientras que sus compañeros se burlaban de ella. Antonia ya resignada, caminaba de vuelta a su casa luego de terminar sus horas de escuela. Se armó de valor, nuevamente, para gritarle a los cuatro vientos: ¡Tengo poderes, tengo poderes! Las personas que pasaban a su costado no la tomaron en cuenta. De hecho, llegó a escuchar a regañadientes: ¡Qué chiquilla tan molesta! ¿Dónde se encontrará su madre? Harta de que el mundo pensara que hablaba burradas, decidió confesárselo a su madre, y de la misma manera que las veces anteriores, le dijo: ¡Tengo poderes, tengo poderes! Su madre continuó con lo suyo pensando que su hija se encontraba jugando con ella y no le dijo nada al respecto. Finalmente, Antonia, que tan sólo quería que le preguntaran ¿Qué tipo de poder tienes? Terminó por recostarse en su cama para leer su primer libro de literatura infantil, en un mundo que realmente ansiaba poder escucharla.
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Desafío 2011: 50 libros
Sebastiasd replied to ovejitadescarriada~'s topic in Literatura (Conversación)
1. Un saco de huesos, S. King 2. Christine, S. King 3. Juego de niños, Carmen posadas 4. Hija del silencio, West morris 5. La muerte lenta de Luciana B, Guillermo Martínes 6. La tía tula, Miguel de Unamuno 7. Un sólo asesinato, Jim Thompson 8. Hamlet, William Shakespeare 9. Romeo y Julieta, Shakespeare 10. Pregúntale a Alicia, Anónimo 11. El túnel, Sábato 12. El símbolo perdido, Dan Brown 13. Casa de muñecas, Enrique Ibsen 14. El perfume - Patrick Süskind (buenísimo) 15. La disosiación de Haruhi Suzumiya - Nagaru Tanigaw 16. La rebelión de Lucifer - JJ Benitez 17. Veinte mil leguas de viaje submarino - Julio Verne 18. La cuidad de las bestias - Isable Allende 19. Cien años de soledad - Gabriel García Márquez y ahora empecé Noticia de un secuestro de Márquez Me fui a la chucha con el desafío :( -
Todos se habían vuelto locos. El sentido común de las personas se había visto afectado por el calor, quizás. El asunto importante, era que se encontraban todos desnudos como si fuera lo más normal del mundo. La gente gritaba y corría como si por hacerlo sufrieran algún tipo de orgasmo. No entendía lo que sucedía, yo me encontraba vestido, con mis cinco sentidos intactos y la consciencia necesaria para no sacarme la ropa de un momento a otro. Lo extraño fue cuando de repente todos comenzaron a mirarme, era un pez fuera del agua. Rápidamente, por sus bocas salieron los murmullos necesarios para hacerme sentir incómodo y sus dedos de a poco me apuntaron directamente. “¡Qué les sucede!” Grité, entendiendo casi nada lo que sucedía a mí alrededor. Al cabo de unos segundos, una idea cruzó por mi cabeza. Comencé a desligarme de mis ropas lentamente fijándome en los rostros de los demás. Sorpresivamente, sus caras y actitudes iban cambiando. No me detuve. Terminé desnudándome e integrándome al resto. No me costó mucho, puesto que antes que me encontrara con esta escena, yo ya me camuflaba en un mundo de locos. Éste, sólo era otro más que me vi obligado a soportar.
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Gracias por el EP Lo andaba buscando y no lo encontraba :)
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Breaking Bad Season 4 120mb Sub 4x13 SEASON FINALE *exc*
Sebastiasd replied to guilleditor's topic in Temporadas en curso
se agradece. Descargando :D -
Era imposible alimentarse por uno mismo. En aquellos tiempos era necesario de compañía. Aun recuerdo los kilómetros recorridos junto a ella. De norte a sur viajábamos por el continente. Su compañía era necesaria, tanto, en lo alimenticio como en lo divertido. Por las tardes cazábamos, animal que se pusiera en frente era nuestra presa. Nunca nos poníamos de acuerdo en el objetivo, sólo sabíamos que teníamos que llegar a uno. Por las noches, ella dormía, yo pescaba, para así, a la mañana, desayunar lo que conseguía. Las estaciones del año eran complicadas. Cada una mostraba una dificultad con alguno de los dos. En otoño la humedad provocaba en ella continuos resfríos que no nos dejaban seguir con nuestro camino. La primavera provocaba en mí, extrañas enfermedades que no podía catalogar en ese entonces, y me hacían los días insoportables. El verano era peligroso. Aquella estación, para los animales salvajes, era como su ida mensual al supermercado. Y el invierno, con sus crudas lluvias, debíamos pasarlo juntos los dos, abrazados dentro de aquellas cuevas que no deberían existir hoy en día. Aquellas cuevas que serían el testimonio perfecto que probaría que ambos existimos el uno para el otro. La vida era exquisita, por lo menos, mientras avanzábamos lo era. Podíamos ver nuestras pisadas al caminar y saber que un paso atrás era volver en el tiempo, ese que juntos no queríamos repetir. Para eso teníamos el resto del camino, nuevos paisajes, caminatas interminables por el continente, que harían de nuestra vida más larga y al momento de recordarlas instantáneamente más cortas. Al fin y al cabo, los recuerdos fue lo único que quedó con el tiempo, además de mi cuerpo. Extrañamente, mientras avanzábamos, veía como era que tu ser sucumbía al cansancio más aprisa que el mío. Los años comenzaron a pesarte mientras que yo permanecía como la primera vez en que te vi y me enamoré de ti. Los largos caminos recorridos nos llevaron al final de nuestro destino, o por lo menos el tuyo. Cuando habíamos llegado al lugar en que el mar se tragaba el resto de la tierra, me miraste con esa cara que tanto adoraba. Esa que ponías cuando cazabas junto a mí. Aquella que aparecía cada vez que comíamos juntos. El rostro que no desaparecía cuando nos abrazábamos para no congelarnos. Y tan sólo pudiste decirme adiós. ¿Por qué era que tu cuerpo cambiaba con el pasar del tiempo y el mío permanecía como si el mismísimo tiempo no existiera? Me horrorizaba la idea de que mi existencia no fuera a acabar jamás sabiendo que no estarías a mi lado. Los días continuaban llegando aunque derramara litros y litros de sangre mientras continuaba despierto a la espera del fin de mi vida. ¿Acaso el paso del tiempo es tan cruel como para no dejar morir al que lo desea? ¿Todas aquellas noches que sobrevivimos no nos hacían a ambos invencibles? Con todo el tiempo que ha pasado, el planeta aun no se ha adecuado a mis anhelos de poder viajar al pasado y repetirte incontables veces cuando eras amada por este vil saco de huesos que no puede encontrar la cura para su existencia. Con el transcurso de los días la soledad y la luz de las velas fueron mis únicos acompañantes, la gente a mi alrededor desaparecía como si sus existencias fueran efímeras. No tengo familia. Pese a todo lo que he vivido, permanezco tal cual como me dejaste la vez en que te despediste de mí. Sólo existe una razón para aquello: y es que la vida si no provenía de ti, el sentido de mi existencia perdía el valor necesario para otorgarle a otro el derecho de crecer con una mujer que no fueras tú. No era justo para él, que ni siquiera a la vida pudo abrazar. Termino esto de una buena vez, por que dudo que mi vida se haya creado para el martirio de recordarte. Te amé, te amo y te seguiré amando en mi pasado, en mis memorias, en mis sueños, en mis ideas, en mis pesadillas, por el resto de mis infinitos días.
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" El hombre, en el momento en que terminó de leerla, se dio cuenta que había actuado de mala manera. Tenía que esperar al final, como bien le habían dicho en un comienzo. " eso te puedo decir.
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No fue cuando se despertó y recuperó la consciencia, que notó dónde estaba. Lo que vino luego de recuperarla, fue su memoria. Recordaba que había tomado un taxi que lo debía dejar en su casa, pero cuando miró por la ventana, logró ver lugar alguno que le fuera familiar. Ya, en el momento en que iba a dirigir su confusión al chofer, éste detuvo el auto incrementando aun más los sentimientos de nuestro confuso hombre. Y, antes que pudiera articular palabra alguna, la persona al volante le interrumpió con una pregunta, que sorpresivamente, era articulada por una voz femenina: "¿Cómo durmió, señor?" Las palabras, de la ahora mujer al volante, provocaron que el desconcierto en aquel hombre, que no encontraba refugio alguno dentro del automóvil, aumentara gradualmente erizándole los pelos. Aquel hombre que pese a ya sentir confusión, comenzara a sentir temor. En las afueras del coche, por la puerta izquierda, se encontraba un callejón no muy ancho que era iluminado por varios focos que se veían como si estuvieran en fila, parecida a la que hace la guardia del palacio de gobierno cuando un presidente de otro país la visita. Justo aquella puerta era la que se encontraba de su lado. El mensaje era claro: “Bájate del auto y camina recto por allí” La mujer que se encontraba al volante metió su mano derecha al bolsillo de su pantalón y de él sacó un papel, doblado meticulosamente, como si cada doblés significase un tipo de cerradura. A continuación le siguieron las siguientes palabras, en el momento en que decidía entregárselo al hombre que lo acompañaba en el interior de su taxi: “Tome esto y camine por el callejón. Cuando llegue al muro del final, le quitará cada doblés a esta hoja y procederá a leerla. Hasta luego” Luego de terminar, mirándolo fijamente a los ojos, como si quisiera advertirle de algo, le entregó el papel. Él lo miró con mucha desconfianza, tenía el leve presentimiento de que era una de las últimas cartas que leería en su, aparentemente, corta vida. A continuación abrió la puerta para comenzar a caminar por aquel camino que lo iluminaba como si fuera el rey de alguna nación. Las sombras, a un costado de la calle por la que, en contra de su voluntad, cruzaba, se veían o el veía, que se movían como si fueran una turba de personas excitadas en el momento de alguna ejecución de la edad media. El temor se acrecentaba mientras avanzaba por aquella ruta con una muralla en su final. Las manos le picaban, sentía la ansiedad de un niño en el momento en que recibe su primera vacuna. ¡Quería que se acabara! Tomó el papel que le había entregado la mujer del taxi y comenzó a quitarle cada doblés, lentamente, como si disfrutara del momento. Al momento en que abrió por completo el papel y lo leyó de principio a fin, levantó su cabeza para mirar por el camino y terminar de una buena vez la situación en la que se veía envuelto, cuando divisó como, por la izquierda y derecha de la calle, aparecían dos niños. Una niña y un niño, respectivamente. Inevitablemente, el hombre abrió los ojos en señal de confusión. Aquellos niños se fueron acercando poco a poco a nuestro confuso, temeroso y ansioso hombre. Él pudo notar que cada uno llevaba algo en sus manos, parecían herramientas desde el lugar en que se encontraba. Cuando ya los tuvo en frente de sí, pudo ver que cada uno llevaba un arma. La niña un machete y el niño un cuchillo de unos 25 centímetros de longitud. Físicamente, ellos eran idénticos. Rubios los dos, sumamente pálidos y con una presencia que sólo irradiaba una fría ola de terror. Lo miraban fijamente, provocando en él, el miedo necesario como para desear desaparecer del lugar al instante. Ambos le hablaron al unísono: “¿Acaso no le dijeron que llegara al final del camino para que, a continuación, leyera la carta? ¿Sabe lo que le queremos decir, lo sabe cierto? El hombre, en el momento en que terminó de leerla, se dio cuenta que había actuado de mala manera. Tenía que esperar al final, como bien le habían dicho en un comienzo. Los miró a ambos y con los ojos bañados en lágrimas provenientes del terror, sólo pudo asentir. Los rubios niños se miraron mutuamente y se abalanzaron al hombre. Las reglas eran claras al parecer. Asesinar y sólo asesinar. La niña, con su machete, le atravesó el estómago. Por su parte el niño, empujó al hombre que lo sobrepasaba por más de 40 centímetros, y cuando lo tuvo tendido en el suelo, se abalanzó sobre él, para propinarle cortes en la cara, primeramente, y terminar con el acto que más le complacía, el cuchillo atravesó su garganta no una, ni dos, ni tres, si no, veintitrés veces. Contadas por él mismo. Era su número de la suerte. A ambos se le tiñeron las caras con sangre. Se secaron las manos en la ropa del hombre tendido en el suelo. La niña le comentó a su hermano luego de quitar su machete del cuerpo sin vida: “No quiero tener este peinado, es muy aburrido. Mañana quiero ser tú” Él, con una sonrisa en la cara que sólo lograría reconfortar a su hermana, le respondió: “¿Te aburres mucho? Intercambiemos ahora. Y podrás, por todo el día de mañana, ser yo, pero por favor, no te aburras cuando estés conmigo” Se miraron mutuamente y se sonrieron. La supuesta niña, le entregó una especie de peluca a su hermano, debajo de ella tenía el mismo peinado que su gemelo. El niño finalmente se puso la peluca, para así, intercambiar roles definitivamente. Se tomaron de las manos y comenzaron a caminar por el callejón que el hombre debía cruzar. Los focos, repentinamente, se apagaron, otorgándoles el placer de ser iluminados por la luna llena de aquella noche. Simplemente caminaron, uno al lado del otro, infinitamente, sin rumbo fijo, esperando a que a uno de los dos, la peluca terminara por parecerle no tan entretenida.
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Si te sonríe, huye Cuando eres niña y tiendes a aislarte de los demás, dándole más importancia a tu alrededor que el de los demás y el que puedas compartir, siendo una chica de ocho años, indiscutiblemente, tus muñecas serán, hasta que ya no puedan más, tus amigas. Estér así lo entendía. Esperaba ansiosa cada ocasión del año en donde pudiera recibir un regalo. Cada día del niño, cada cumpleaños, cada navidad, hacía entender a sus padres que una muñeca de trapo era lo que deseaba. Éstas para ella eran esenciales, puesto que, inexplicablemente, le ayudaban a desarrollarse. Las muñecas no le hablaban, ni siquiera imaginariamente, pero se dejaba influenciar por las distintas expresiones que ellas le pudieran entregar debido a las sombras que pudieran tener en sus caras de porcelana. Para ella era absolutamente normal, para los demás, probablemente no. En su cumpleaños número nueve, el año en que pudo conocerse de una forma particular, en donde quizás no lo haya podido hacer si no se hubiera debido a sus padres, ellos le comentaron que como sorpresa no serían los encargados de regalarle su ansiada muñeca, sino, que una antigua amiga de la familia que no veían hacía un tiempo, pero que estaba presenta cuando era tan solo una bebé. Le traería una muñeca, que no se preocupara, que la muñeca le iba a encantar. Estér aunque no conociera a la señora, se emocionó bastante. Su ingenua mente imaginaba la muñeca como la más bella que jamás nadie tendría y que ella, sólo ella sería su dueña. El día de su cumpleaños se había transformado de un momento a otro en el más importante del año. Jerárquicamente y como una niña suele pensar, la navidad siempre era la fecha más significativa por la cantidad de regalos que se recibe y la rica comida que se prepara. Pero por una simple mujer, extraña por lo demás, todo había sido modificado al instante. Ya en su día, llegado muy rápidamente por sus ansias, no podía ver nada extraño y mucho menos la llegada de aquella mujer que no tenía la más mínima idea de su apariencia pero que cumpliría con la tradición de su niñez. Su muñeca. Estér se sentía distinta ese día, tenía un leve presentimiento, inexplicable a su edad, de que algo extraño le sucedería. Era primera vez en su corta vida que se sentía así. Un hormigueo en su estómago la acompañaba junto a sus sentimientos. Le comentó a su madre y ella le dijo, como la mayoría de las veces, que no se preocupara, que posiblemente serían los nervios por encontrarse en su día especial. La niña sabía que no era así, que su madre casi nunca le comprendía como a ella le gustaría, pero como cada vez que oía aquellas palabras provenientes de quien le dio la vida, continuó ignorando el hecho. Una hora más tarde, la casa ya se encontraba repleta de gente y unos pocos amigos de ella, más bien, muy pocos. La señora extraña llego junto a la masa de gente, familiares de sus padres. Vestía un vestido que le llegaba a la pantorrilla, era negro, igual que su cabellera larga que llevaba amarrada con una coleta. Ella creyó que era muy guapa y que habría tenido alrededor de cuarenta años. Apenas tuvieron contacto visual, Estér sintió que era reconocida al instante. La desconocida se le acercó, le saludo con un afectuoso y caluroso abrazo y le entregó su regalo. Venía envuelto en un papel de color rojo, ese que viene directo de tus venas. Con una sonrisa que ni ella entendía por qué era que la tenía, le agradeció con una reverencia y partió a su cuarto llevándose con ella a una niña que se encontraba allí, no era su mejor amiga, pero charlaban a ratos. La tomó de la mano y corrieron juntos por la casa hasta llegar a las escaleras y subir hasta su pieza. Estér reía, estaba hiperquinética y emocionada. Pues no sabía con que se iba a encontrar. Era una muñeca proveniente de una mujer desconocida y guapa. Rompió el envoltorio ferozmente mientras que la niña la miraba y acompañaba. Lo que encontró fue una linda muñeca de cabellos de lana negros, cara de porcelana y vestido rojo con lunares blancos. Sus zapatitos de algodón eran rojos, también. Estér al verla no pudo definir ni ahí, ni ahora lo que le pasó por su cabeza al verla por primera vez entre sus brazos. La niña que la acompañaba comenzó a pedirle la muñeca, que por una vez en su vida le dejara estar con ella entre sus brazos. Ella accedió, inexplicablemente, accedió. Vio como su muñeca se revolcaba en brazos ajenos y deseó más que nunca que esta escena no fuera a repetirse jamás. Rápida y serenamente tomó un lápiz de su escritorio, con la punta más fina que pudo haber encontrado. Se acercó a la niña y ésta, sin percatarse, fue apuñalada en el cuello innumerables veces, la sangre le salpicó en la cara y la muñeca cayó al suelo inevitablemente. Cuando Estér se percató de todo lo sucedido, vio el cuerpo tendido de la niña con un charco de sangre a sus pies. Su rostro se había transformado, estaba histérica, tenía miedo, asco, repulsión e inseguridad. No fue hasta que vio a su muñeca en el suelo completamente limpia y libre de sangre que se curó mágicamente de todas sus emociones. Le miró su rostro de porcelana e, inexplicablemente, su cara le mostraba una sonrisa. La sonrisa más comprensiva que ella jamás haya podido ver en su vida. Se dio vuelta, abrió la puerta de su pieza, bajó las escaleras y con una sonrisa en su cara se acercó a su madre con sus manos bañadas completamente en sangre y le dijo: “Hola mamá, he hecho una nueva amiga”.
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para ser un capitulo, es bastante corto. No te enteras de nada pues.
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Desafío 2011: 50 libros
Sebastiasd replied to ovejitadescarriada~'s topic in Literatura (Conversación)
1. Un saco de huesos, S. King 2. Christine, S. King 3. Juego de niños, Carmen posadas 4. Hija del silencio, West morris 5. La muerte lenta de Luciana B, Guillermo Martínes 6. La tía tula, Miguel de Unamuno 7. Un sólo asesinato, Jim Thompson 8. Hamlet, William Shakespeare 9. Romeo y Julieta, Shakespeare 10. Pregúntale a Alicia, Anónimo 11. El túnel, Sábato 12. El símbolo perdido, Dan Brown 13. Casa de muñecas, Enrique Ibsen 14. El perfume - Patrick Süskind (buenísimo) 15. La disosiación de Haruhi Suzumiya - Nagaru Tanigawa Ahora se viene Uno de jj benitez LA rebelion de lucifer Me falta caleta :tonto: -
Luz irreverente En una noche bañada en estrellas que cubría los cuerpos de los transeúntes que iban por las calles de Santiago sin foco alguno prendido, donde la luz de la luna se transforma en tus ojos y tus pisadas en tu mirar, Sebastián se encontraba desorientado en el centro de la cuidad. No eran más de las nueve, pero como era invierno, las noches se adelantan espantando la luz del día como los gatos a los ratones en las cocinas. El pánico cundía en la gente de los alrededores, histeria colectiva instantánea después de un leve grito de una señora que probablemente se había tropezado con su propia sombra. El se mantuvo quieto, escéptico a lo que supuestamente sucedía. Miraba a todos lados, como si por esforzarse fuera a lograrlo. Luces de celulares aparecían a los alrededores. Griterío por donde escucharas. Y sobre todo, gente desesperada en todo el lugar. Mientras pensaba en que era lo que debía hacer, una persona apareció frente a él. No necesitó luz artificial alguna para iluminarla, puesto que como si fuera una obra de teatro, en donde la actriz principal hacía su aparición, la luz de la luna la iluminaba de pies a cabeza, mostrándole su cabellera larga y oscura, su pálido rostro, y sus labios pintados de color rojo. Lo tomó de la mano sin permiso alguno, lo hizo caminar junto a ella hasta AV. Andrés Bello, lo hizo descender por el pasto hasta la rejilla que los separaba del río. Las luces en ese lugar tampoco existían. Eran ellos dos frente a la noche que intentaba atormentarlos con tanta estrella sobre ellos. Lo miró a los ojos, él inevitablemente sucumbió ante su mirada, ella se rió al darse cuenta. El creyó que le emitía una sonrisa de gentileza y no demoró ni un poco en devolvérsela. Ella se irritó, disimuladamente. Soltó su mano, metió la suya a su bolsillo y con la otra indicó al cielo. A los crédulos oídos de Sebastián llegaron palabras que le decían que mirara la luna, que se diera cuenta de cuan hermosa era que se encontraba. A los oídos de ella, solo llegó el sonido de su puñal saliendo de su bolsillo. Brilló levemente ante la luz del astro. Lo acercó lentamente al estómago de su acompañante, él por su parte, no previno ningún gesto sospechoso de ella y continuaba mirando serenamente la luna y las estrellas que lo acompañaban. No resistió más las ganas de acabarlo y en cuanto bajó el brazo con el que indicó hacia el infinito, comenzó a atravesar el estómago de Sebastián, para luego pasar al pecho y terminar atravesando con el cuchillo su cuello. Serenamente, la chica de los labios rojos tomó asiento a un costado del cadáver del joven ingenuo, miró hacia el cielo perteneciente a las estrellas y se quedó pensando si la textura de la luna sería similar a la de su puñal atravesando la carne humana.
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aunque no lo creas los super 11 en japon tiene caleta de fans y le va muy bien hasta ya tiene otra temporada de los super 11 confirmada los poderes qls estan al nivel del kamehameha el arquero usa poderes de shaman king para llamar a un fantasma , un wn usa el polvo de diamantes de hyoga al patear jajajaj debe ser una mierda de serie
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Buenos aportes has hecho. Se va a marcadores altoque.
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Tiene toda la pinta, takeaki. Me recordó a los dibujos de paprika... voy a buscarla altoque