Naranja.cl

Típico chiste de cabros chicos con calcetines. Este era un perro que se llamaba calcetín y se lo pusieron. Yo pido uno con espadas.

814: Un hombre va al médico y el doctor le dice que a las 11 de la mañana del día siguiente iba a morir. Mucha tristeza en el hombre, pero más tristes estaban las bacterias al interior de él. Algunas bacterias lloraban, otras gritaban, otras corrían desesperadas de un lugar a otro. En todo ese ajetreo, había un grupo de bacterias que compartían sus últimos momentos de vida. De repente, una se da cuenta que había otra bacteria muerta de la risa: risa que risa. Siguieron como si nada, pero la bacteria dale con la risa. Cuando ya no aguantan más, le van a preguntar por qué se ríe si no ve que todos van a morir, a lo que la bacteria cagada de la risa responde «ajajajjaja, lo que pasa es que yo me voy en el mojón de las 10».

Uno de pescadores. Dos pescadores italianos estaban apaciblemente en el mar. Súbitamente, uno de ellos pesca una sirena preciosísima, hermosa, bella, espléndida; el pescador la mira, le saca el anzuelo y la devuelve al mar: —¿¡E per qué!? —dice el compañero. —¿¡E per dónde!? —responde el otro. Prtsssss. Yo pido uno de bacterias.

Estimados: ¡Chuck Norris aprobó este tema!

Sin comentarios Solar. Ahora procedo a contar uno de Dino Gordillo. 743: Había dos guagüitas en la sala de maternidad. Una le dice a la otra: — ¿Tú qué eres? ¿Hombre o mujer? La otra guagüita toma con sus manitos las sábanas, las levanta, mira hacia dentro y luego baja las sábanas. — Soy hombre —respondió. — ¿Y cómo sabes? — Porque tengo zapatitos celestes.

741: Resulta que estaba el tigre limándose las uñas. — ¿Por qué te limas las uñas? —le dijo el oso que pasaba. — ¡Porque voy a matar al león! —le respondió el tigre. El oso se fue y llegó la jirafa. — ¿Y pa' qué te estai limando las uñas? —preguntó la jirafa. — ¡Pa' matar a ese león de mierda! ¡Lo voy a hacer tira! ¡GROARRRRR! Chupalla, quedó espantada la jirafa. Al rato llegó el mono. — ¿Qué estai haciendo? —inquirió el mono. — ¡Me estoy limando las uñas pa' matar al león! —dijo al tiempo que tiraba zarpazos al aire así como pegándole al león. Ya poh, pasó el rato y varios animales le preguntaron qué hacía, y a todos les decía lo mismo, hasta que llegó el león y le preguntó también. — ¿Qué haces, tigre? —dijo el león, con voz atronadora de macho. — Ahí... Mariconadas que le dan a uno.

Yo lo dejé en el 737 y después hubo dos chistes más... o más bien un chiste y cuarto. Bueno, el asunto es que sigue el 740. 740: Eran dos hermanos cuarentones que vivían en harmonía con su madre. El mayor, el más responsable y mantenedor de la casa, amaba a su madre y siempre se preocupaba por ella; además, tenía un gato que cuidaba con mucho recelo. Un día decide salir de vacaciones después de varios años de trabajo imparable y deja a cargo de la casa a su hermano menor. Al día siguiente que se fue de vacaciones, muy lejos de casa, llama a su hermano para saber cómo está todo: — Hola hermano, ¿cómo estás? —preguntó el mayor. — Humm... sí... más o menos... —replicó el menor. — ¿Qué pasó? — Se murió tu gato. — ¡PERO HUEÓN CÓMO ME DECÍS ESO ASÍ NO MÁS! ¿¡QUÉ MIERDA PASÓ!? Pero puta hueón, no me podís decir eso así no más... —le dijo entre lágrimas y sollozos— Por último, hoy me hubieras dicho que el gato se subió al tejado y que estás tratando de bajarlo; al día siguiente, cuando llame, me dices que está complicado el asunto porque el gato está asustado y no se quiere bajar; al tercer día me dices que vinieron bomberos y veterinarios, y que están haciendo todo lo posible para bajarlo; finalmente, al cuarto día, me dices, muy solemnemente, que a pesar de todos los esfuerzos, el gato se cayó y murió... ¡pero no así no más poh! — Perdón hermano, disculpa. — Ya... bueno... —siguió el mayor, muy triste— ¿Cómo está mi Mami? — Hummm... este... —dijo dubitativo— Mamá está en el tejado.

Este me lo contó un amigo intelectual y el que sabe, sabe; son dos chistes en uno. 737: Un budista se acerca a un carrito donde vendían completos y le dice al vendedor: — Hazme uno con todo. A lo que terminó el completo, el budista paga con diez mil pesos. El vendedor se los acepta, pero no le da cambio ni nada. — ¿Y el cambio? —preguntó el budista, extrañado por la falta de entrega del dinero. — El cambio viene de adentro —replicó el vendedor.

Un chiste de Verdaguer, adaptado por mí. 736: Estaban dos amigos hablando y la conversación era acerca de las mujeres: — Resulta que mi mujer ahora tiene juguera eléctrica, tostador eléctrico, picadora eléctrica, arrocera eléctrica, enceradora eléctrica... ¡todo eléctrico! Y ahora me salió que con tanto electrodoméstico, no tiene dónde sentarse. — ¿Y qué hiciste? — Bueno... ¡le compré una silla eléctrica poh!

¿Se los dije con todas sus letras, o no?

Estimados Chilecompartianos: Manden el correo, pero no se preocupen tanto. La vez pasada, las observaciones también fueron aprobadas en la comisión mixta y cuando llegaron a voto, obtuvieron un rechazo casi unánime, así que lo más probable es que vuelva a suceder esto.

713: Resulta que iba un sacerdote volando en un avión por África. El piloto, un viejo aviador, muere de un infarto y el avión va a caer a la jungla. El sacerdote salva ileso, gracias a Dios, y empieza a buscar civilización. Caminando caminando, se da cuenta que un león lo viene persiguiendo, a lo cual el sacerdote responde valientemente con un acto de salir corriendo a toda prisa. Corre, corre, corre, pero sus fuerzas se agotan y ve que el león lo empieza a alcanzar. Cuando ya las piernas del sacerdote no pueden más, se detiene, se arrodilla, junta sus manos y se pone a rezar: — Padre nuestro, que estás en los cielos, te ruego que este león sea cristiano. Para su sorpresa, el león se detiene, se arrodilla, y empieza a rezar también: — Te doy las gracias Señor por los alimentos que Tú provees...

Qué lata explicar los chistes. El hermano del tipo siempre cruzaba con luz roja, así que este tipo también lo hacía. Cuando llega a una luz verde, frena, porque los que vienen por la otra calle tienen luz roja, y como el hermano siempre cruzaba con luz roja, este tipo no quería chocar al hermano en caso que viniera y cruzara.

Este chiste me lo contó un profesor de la Universidad. 703: En una fiesta había un tipo que estaba obsesionado con su hermano porque, según él, su hermano era lo mejor, lo máximo, lo magnánimo y toda esa onda. Una pareja que había ido a la fiesta vivía en el trayecto que hacía este tipo obsesivo así que los pasó a dejar. Apenas partió, altiro metió la chala. — ¡Pero hombre, no vayas tan rápido! —le dijo el hombre de la pareja. — ¡Es que mi hermano maneja rápido! —le contestó el otro. Chuta, ya, se aguantó la pareja, pero resulta que el tipo se empezó a pasar los rojos de los semáforos y ahí sí que ya se urgieron. — ¡Te estai pasando los semáforos con rojo! —le dijo la mujer. — ¡Es que mi hermano pasa con rojo! —replicó el obsesivo. — ¡¡¡TE PASASTE OTRO ROJO!!! —le volvió a decir el otro tipo. — ¡¡¡ES QUE MI HERMANO PASA CON ROJO!!! —le gritó en respuesta el hermano. El tipo siguió manejando y pasándose rojos como loco, hasta que de repente, les tocó un verde y el tipo se detuvo en seco. La pareja reclamó al unísono: — ¡Pero qué mierda te pasa hueón, pasai con rojo y ahora que tenís que pasar te quedai para'o! — ¿Y si viene cruzando mi hermano?

Aquí les va uno apto para todo terreno. 693 Resulta que va un chileno por Grecia, no cachaba nada del idioma y él hablaba puro castellano, por lo que nadie le entendía lo que decía. Entre tanto pregunta que pregunta, una persona le contesta y entablan diálogo: — Hola, buenas tarrdes —le dijo al chileno con un evidente acento alemán. — Hola hola. Ando un poco perdido, ¿me puede ayudar? — Clarro que puedo. ¿De dónde es usted? — Soy de Santiago de Chile —dijo con orgullo el chileno. — Ahhhh... ¡Santiago de Chile! La capital de Chile, fundada el 12 de Febrrerro de 1541 porr Pedrro de Valdivia. Es una ciudad muy famosa porr el crrecimiento económico que ha tenido en los últimos años, además de lo barrato de sus precios en comparración a otrras ciudades latinoamerricanas. De ahí también vienen grrandes deporrtistas como Ferrnando González, Marrcelo Ríos, Marrcelo Salas e Iván Zamorrano. Destaca auch porr sus altos niveles de contaminación, aunque las fotos de sectores altos de la ciudad son prreciosas. Las vignas interiores producen buen vieno también. ¡Buen lugar para vivirr! — ¡Sí poh! —dijo el chileno, pensando que el alemán de mierda sabía más de Santiago que él mismo— ¿Y usted de dónde es? — Yo soy de Berlín. — Ah........................ que son ricos los berlines.

Buenos aportes Solarmusic; espero llegar al nivel con este chiste. No me gusta contar chistes de este tipo, pero la discusión lo amerita. Ahí les va, prepárense: Eran dos amigos que siempre iban juntos a todas las «casas de remolienda»; habían tenido una vida sexual activa: lo habían visto y probado todo en la vida. Un día, uno de los dos decide suicidarse porque ya no había nada más que hacer en su vida. Le dice a su amigo que vaya tranquilo no más, que él no se siente bien y que a la vuelta conversan. Su amigo se va a algo intranquilo, pero se va. El que se quedó sube a la azotea del edificio en el que vivían y se prepara para lanzarse al vacío. Estuvo bastante rato hasta que se decidió, se subió a la baranda, y justo cuando se iba a tirar, llega su amigo a la azotea. — ¡Compadre, yo sabía que algo raro pasaba! ¡Presentí que se quería suicidar! ¡PERO NO LO HAGA COMPADRE, HAY ALGO NUEVO: LA MINA QUE CHUPA Y CANTA! — ¡NO WEÍS CONCHETUMARE, ESO TENGO QUE VERLO! —respondió el suicida, bajándose de la baranda y yendo directo al burdel. Llegó pero más que rápido al burdel y le pidió a la cabrona a la mina que chupa y canta. La cabrona le dijo que estaba muy ocupada, que aquí que allá, que los clientes importantes, que esto que lo otro... «¡NADA CONCHATUMADRE MARACA, ME LA DAI ALTIRO, TE PASO LA PLATA QUE SEA!». Ya poh, frente a eso la cabrona desocupó a la susodicha y nuestro personaje fue con ella. Lo condujeron a una habitación bastante bonita y cuando entró, vio a una mujer hermosísima, ni siquiera tenía pinta de puta. La niña lo sienta al lado de la cama, le conversa un rato... ¡pero el wn quería puro que le cantara y que la chupara! La mina se da cuenta y le dice «Lo único que no puedes hacer, es prender la luz». El loco acepta y la mina le pregunta que qué canción quiere, a lo que el hombre responde «Fly Me to the Moon, de Diana Krall». La mina empieza la sesión de conferencia de prensa y también el canto, con la luz apagada, obviamente. «Fly Me to the Moon and Let Me Play Among the Stars...». El tipo estaba alucinado con la canción porque ella era una cantante maravillosa y hacía su otro trabajo de maravilla. A los pocos momentos, el hombre se empieza a cuestionar, «¿pero cómo cresta es que chupa y canta, si eso no se puede? Ya CSM, voy a tener que encender la luz no más porque tengo que saber qué está pasando acá.» Dicho y hecho, prende la luz, y lo primero que ve: un ojo de vidrio.

684 Un día, un joven indio conversaba con su padre, hombre muy sabio. El diálogo se dio de la siguiente forma: — Padre, ¿por qué hermana mayor llamarse «Sol Naciente»? — Cuando tu hermana nacer, yo salir de choza y ver sol nacer en horizonte, entonces llamarla «Sol Naciente». — Padre, ¿y por qué hermano llamarse «Zorro Veloz»? — Porque cuando tu hermano nacer, yo salir de choza y ver zorro correr muy veloz para cazar conejo, entonces llamarlo «Zorro Veloz». ¿Pero por qué tanta pregunta, «Perro Cagando»?

681 Se encuentran dos amigos después de un largo tiempo sin verse. El diálogo fue el siguiente: — ¡Buena compadre!, ¿cómo andamos? — Buena buena, ¡bien poh! ¿Y tú? Supe que anduviste de safari por África. — Sí poh comparito, y no sabe na': un día, andando por la selva, me salió un león y ¡¡¡GUÁAAAAAA!!!... me cagué wn... — Pero compadre, cualquiera se caga si le sale un León. — No wn, si me cagué ahora que hice ¡¡¡GUÁAAAAAA!!!

Aquí va mi aporte: el 677. Resulta que había una Mamá que tenías dos hijos: una niña unos 4 años de edad y otro bebé recién nacido. La niña era bastanta madura y ayudaba a su Mamá en todo lo que ésta le pedía. Un día, la Mamá deja a la niña cuidando al bebé mientras ella se va a cocinar. Todo bien en la cocina hasta que llega su hija con el dedo índice de la mano derecha totalmente ensangrentado. El desesperado diálogo es el siguiente: — ¡Hija!, ¿¡qué te pasó!? — Mamá... tú no me dijiste que la guagua tenía blanda la cabeza.