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El Revolver, relato corto parte 1 de 2


"O_O"

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Animate a leer mi relato de una realidad cada vez màs agobiante en mi paìs. Ojalà les guste y puedan comentar.

 

He dividido en dos partes la historia por una limitante del foro, pero puedes ver la parte dos faltante desde este enlace. Parte 2

 

 

Imagen IPB

 

 

 

 

El revolver.

 

Parte 1 de 2

 

- Sabes, estos revólveres que nos brindan representan una condena de muerte. Cualquier francotirador o gatillero común sabría quien es el objetivo ideal a disparar, con esto me están colocando como tiro al blanco en medio de este caos. – habla el corpulento hombre con voz melodiosa, con una ligera mueca de sonrisa que hace dudar a su acompañante si habla con seriedad o sarcasmo, mientras que coloca balas lentamente con sus largos dedos en el tambor de su arma.

 

- Debes… debes de sentir orgullo. - contesta en tono nervioso - Ese revolver es un reconocimiento a tu carrera, es un símbolo de tu rango, eso… - No termina de hablar, los ojos miel de aquel hombre le retiran el aliento, cuando con una indiferencia parcial y un interés muy tenue en lo que dice, inspecciona la mira de su arma con uno de los compañeros que va de frente en aquella furgoneta blindada, apuntándolo se percibe un aire amenazante. Una sensación que bien conoce recorre su cuerpo electrizándolo, sus ojos se rinden ante el encanto que emana de él, mientras las comisuras de sus labios dibujan una arqueada y de su boca seca sale una frase: ¡Bang! La chica se cimbra, mientras el hombre no mayor de 25 años echa a carcajear ante la mirada asombrada y un poco temerosa del chico a quien apuntó, no sólo por ese extraño encanto que lo rodea, sino también porque alcanzó a ver un extraño brillo en aquellos penetrantes ojos color miel.

 

- Capitán Villela, no debe de jugar de esa forma, - dice el chico contrariado y con un rostro desencajado por la escena al igual que los demás miembros que viajan en aquel vehículo a toda marcha.

 

- ¡Vamos Ramírez! Ya ni siquiera es capaz de soportar una broma – le habla de forma gallarda mientras su voz es testigo de cómo se pierde la simpatía dando paso a un tono un poco mas acore a las circunstancias. Su rostro se ensombrece un momento por ser frenada su algarabía.

 

- No es por eso Capitán, es solo que nos acercamos a una misión importante, ese tipo de situaciones en las que me pone me parecen pesadas. – responde el joven un poco mas relajado.

 

- Deje ese nerviosismo Ramírez, no me gustaría que por esa razón fuera a ser yo la víctima de sus temores – advierte el corpulento agente con ironía y vivacidad, - el momento será complicado así que en medio de la adrenalina y la angustia desatada debe ser capaz de notar la diferencia entre el enemigo y sus camaradas – culmina.

 

- Se que no habrá error Capitán, - habla el chico con seguridad – nos hemos preparado.

 

- Recuerden – habla en tono alto para que a todos los miembros del grupo les sea audible y hasta un poco mas para mostrar autoridad. – Este día lo hemos esperado mucho tiempo, se nos da una de las misiones mas importantes de nuestra unidad, hoy tendremos al alcance de nuestras manos uno de los mayores logros a los que podemos aspirar. – baja la cabeza un poco para tomar su fusil de asalto, un Fx-05, perfectamente equipado, desliza sus dedos por su fría superficie y evoca el momento en que será usado. – Quiero que en ese momento de ofusque les quede claro una cosa, ahora que nos acercamos al combate es indudable que el alimento estimulante para arriesgar nuestras vidas es nuestra patria amenazada por esos perros, la seguridad de nuestras familias y el bienestar de nuestros hijos se convierten en motor.

 

- Eso es plausible Capitán – interrumpe con delicada y dulce voz la chica a su lado sin ocultar la sensación de agrado por hablarle de esa forma tan formal – No es malo idealizar nuestra lucha, porque eso es lo que nos diferencia de ellos. – pausa la charla cuando ve los enigmáticos ojos de su superior buscando los suyos, un ligero espasmo la orilla a moverlos, bailoteando para evitarla, para no permitirle descubrir lo que guarda en ellos para él. Dubitativa, con la vista recorre a los demás miembros que atentos escuchan cada palabra. – Tengamos en mente esto al enfrentar la muerte con arrojo. – termina ahogando emociones con una seguridad que la distingue.

 

- Son hermosas palabras Elena, muestra de un alma ardiente, lo que permite el realizar algo por lo que se siente orgullo. – habla sereno cuando toma su fusil con ambas manos y lo postra en su pecho para abrazarlo. – Esto compañeros será nuestra herramienta, aquella con la cual serviremos de escudo a nuestros compañeros. Allá no lo duden, nos espera la muerte, el saber afrontarla hará la diferencia en como regresemos. Amen su patria, a sus familias, pero no olviden amarse a ustedes mismos, no olviden eso ante un riesgo innecesario - su mirada brilla, con un resplandor agradable que borra ese aire sombrío, con movimientos de su boca tenues, pero expresivos, aunque irradiando seguridad y sobretodo brindando protección, sensaciones que son mas intensan en el corazón de la joven – Allí adentro caeremos, sufriremos y mataremos, sepan dar cara a cada una de esas opciones, los héroes mueren pronto, busquen protegerse y protegernos, siguiendo nuestra rutina “El Rudy” Maldonado caerá. ¡Porque esa escoria hoy morirá! – clama efusivo, emocionado y exaltando a su unidad, la cuál le responde con euforia.

 

- ¡Siiiiiiiiiiiii! – grita la chica con su corazón estimulado, a flor de piel al unísono con la de los 12 miembros de aquella unidad de fuerzas especiales. Ella le ama, cada parte de él la envuelve en un mundo de magia, hoy más que nunca porque esta dispuesta a morir con el capitán Marco si se le sugiriese, porque no imagina su vida sin su presencia encantadora. Ama sus manos, ama su rostro de miles de expresiones, ama su cuerpo delineado perfectamente, pero ama aún más sus ojos donde alcanza a tocar su alma a través de ellos, ya que ve auténticos sus preceptos e ideales. Lo cree perfecto.

 

El viaje a toda prisa se vuelve entonces en un derroche de alegría, de adrenalina contenida y de excitación, porque entienden perfectamente lo que les espera al apenas abrirse la puerta blindada de aquel vehículo y deciden esperarlo con gritos y canticos. Sus sentimientos están teñidos de un tono épico cuando la furgoneta se detiene abruptamente.

 

- ¡Atenta, unidad “Destello de Bala”! ¡Que se lleve a cabo la encomienda! – clama su capitán irradiando emoción al tiempo que sus miradas sufren una transformación cuando al detalle de un ritual ancestral colocan sus capuchas, solo sus ojos despidiendo fuego da cuenta clara de su sentir.

 

Un rechinido abrupto los saluda al abrirse la puerta, pero inmediatamente se olvidan de ello cuando la detonación de metrallas y el poderoso impacto de granadas cimbran sus cuerpos. La unidad baja con premura, mientras un agente la espera invitando a su capitán para ponerlo al tanto de los acontecimientos. Elena solo ve de lejos a su amado cuando se retira, ella al igual que sus compañeros se cubren al contemplar el caos. Detonaciones de granadas que sonoras despiden un sonido seco y hace temblar el suelo que pisan. Más ella solo tiene ojos para él, porque se ha propuesto protegerlo, comprende que solo viviendo los dos puede seguir soñando con su anhelado encuentro, con poder ver sus ojos sin el temor de que descubra en ellos su secreto. Más una esquirla arrojada cual saeta la despierta a ese entorno de vileza y desazón.

 

- ¡La situación es caótica! – exclama el líder invitándolos a acercarse, en una pequeña reunión antes de iniciar la incursión. – Parece ser que hemos dado en el blanco, realmente “El Rudy” está acordonado en esa finca; sin embargo, tiene consigo todo un arsenal del cual no han dudado en echar mano, han caído 2 policías y sido herido varios mas solo intentando contenerlos. – habla el Capitán con voz apacible, como inmune a la crueldad de las horas que se han vivido en el lugar. – Es lo que queríamos, son cerca de 15 de sus principales gatilleros los que lo protegen y han jurado morir antes de ser expuestos ante la justicia – se detiene un momento cuando la metralla de un lugar indeterminado destruye los vidrios del móvil que les sirve de escudo haciéndolos reclinar y justo a tiempo, antes de esquirlas de una explosión cercana pasar rozando sus cascos.

 

Una bocanada de humo se despide desde los labios de uno de los agentes que de manera tosca muerde su habano y lo cambia de lado para permitirle hablar. Una mirada recia, casi inexpresiva, pero con ojos igual de fieros, cargados de emociones contenidas.

 

- Son AK- 47, R-15 y HK91, además de destructivas granadas y lanzacohetes Capitán, ¿Creé firmemente que seremos capaces de flaquearlos para poder abrirnos paso por la finca? – musita cuando otra bocanada se despide volviendo algo enigmática su cuestión.

 

- Claro que si. – responde presto e imponente.

 

- No sería mejor soportarlos y dar tiempo a que los soldados de Infantería y sus unidades blindadas arriben, no creo que tarden demasiado – responde mientras lo ve directamente. Le cree, cree que las palabras de su superior son verídicas, porque ya antes ha estado su vida en sus manos, empero, da también mucho mérito a sus observaciones.

 

- Si Oviedo, es lo ideal, pero la realidad es un poco distinta – asevera con autoridad mientras que el cielo encapotado con su manto de pomposas nubes retiran la poca luminosidad despedida desde el firmamento y cada explosión se vuelve una mortecina liberación de luz. – No podemos desperdiciar tanto tiempo, de alguna forma ha llegado la noticia de que un comando armado está en camino para liberarlo. Hablamos de uno de los capos más importantes del norte de México - les clama a todos mientras ajusta alguno de los compartimiento de su chaleco, se está preparando, busca dejarles claro a sus soldados que es algo inevitable. – Ya ahora ha sido tomado por sorpresa, mientras mas tiempo pase esa ligera ventaja se ira perdiendo, por eso hemos acudido tan apresurados. Ninguno de los oficiales que estamos rodeándolo podemos soportar un ataque desde ambos flancos si más sicarios se internan a rescatarlo. Y sólo nosotros tenemos la capacidad de entrar y sacarlo; necesitamos a como de lugar meterlo en nuestro blindado y llevarlo a las instalaciones de la Policía Federal. – Resolución y firmeza desprenden sus palabras y se torna apresurada – He dado indicaciones para que los policías formen un escudo, retiraran a toda esa gente curiosa y prometen evitar cualquier intromisión en lo que damos nuestro golpe.

 

- Estoy de acuerdo Oviedo, creo que el tiempo ahora juega una diferencia crucial – apoya Elena un poco sonrojada. Igualmente no mide riesgos, solo la necesidad de acompañar a su hombre idealizado, la satisfacción de estar con él tanto en momentos de dulce compañía como en esos más inaccesibles, cuando es capaz de compartir sus ideas, sus pincelazos de personalidad que con cierto arrebato la dominan. Una mujer hábil, idealista, amante de si misma y de su esencia. Ella misma no duda en ponerse ante aquél que la succiona con su porte como imponente torbellino, que la atrae de manera impulsiva por su galantería, por su magia y por su voz.

 

Oviedo comprende, algo lo lacera de dicha reacción de la dama, pero lo acepta, como un designio estipulado por un ser supremo, no sabe si es la marcialidad a la que se han sometido o la disciplina ya pactada con un sistema, pero termina asintiendo con un claro dejo en su rostro y despidiendo desde su boca una estilizada nube de humo mas intensa y que impregna la solemnidad de aquel grupo. Allí se sella y se pacta un acuerdo que han hecho tantas veces. No es la primera misión de este tipo, lo han llegado a asimilar, a beber como el elixir diario, su vida entre balas y destellos ha sido consentida con cierta asiduidad, aún cuando sus vidas es lo que esta en la balanza en este crucial momento.

 

Elena siente su corazón palpitar, igualmente ha degustado sin problema la fugacidad que su vida en los próximos minutos tomará. Para ella su lealtad, su entrega, ambas están dadas a un solo ser, aquel que llena su vida de un tinte intenso y que nunca conoció. Hoy esa dicha al verlo, aún el solo contemplarlo a lo lejos, el escuchar sus deslumbrantes expresiones y las emociones que sobre ella actúan, cual adictivo estimulante para sentirse cerca de él la embriagan. Hoy teme por su vida, por su destino, pero le acongoja el corazón más el verse privada de su motor, de su razón de ser desde hace años. Quiere cantarle su aria de amor con ritmo exquisito, confía en cuanto lo haga el Capitán sea capaz de abrazarle; sin embargo, hoy esta dispuesta a hacerlo posible, estando a su lado, amándole con la fuerza de su carabina, de uñas y dientes si fuera necesario para hacer su fantasía posible. Su corazón roza lo épico, pero no hay duda en su mirada.

 

Así contempla ante sus bellos ojos negros los planes de la incursión, la centelleante y sorpresiva arremetida en su blindado, el lugar y la dirección a tomar tan pronto pongan su pie en la lujosa finca, la encomienda de cada miembro de élite. Mas ella se ha forjado su propio plan, volver aquella ilusión vivida en sus sueños real y para poder tocarla indispensable es entregarlo todo.

 

El rechinar de las llantas del camión a toda velocidad rompen el momentáneo pacto de la contienda, las puertas ostentosas de madera cayendo con una brutalidad tal ante el impacto de éste y cuyo destino es llegar hasta la imponente residencia. Así entre ruidos de granadas que causan irregularidades en el desplazamiento del vehículo y que obliga a más de un miembro en aferrarse a su sostén se lleva a cabo el trayecto mortecino hasta las puertas del punto de salida. Cada uno siente el temor invadirlos, aún así son capaces de tragarlo para no mostrarlo ante sus compañeros. Que reconfortante seria en estos momentos compartir que a cada uno de ellos los pasma el temor de la misma forma, seria un alivio saber que todo el entrenamiento del mundo no priva al hombre de sentir su corazón doblarse. Mas aún en instantes tan angustiantes el Capitán es capaz de arrastrar a sus subordinados con su imagen imponente, tomado de los cerrojos que los mantienen a salvo, esperando el frenar vertiginoso del acorazado y que representa la puerta de entrada a un mundo caótico en el que sus cuerpos serán vulnerables a cada instante transcurrido, a cada centímetro recorrido y que sus existencias penderán del delicado hilo de la suerte y del mas mínimo y diminuto error.

 

Lo que sigue es la representación de la escena más cruenta y desdichada imaginada. Los ojos de Elena se abren de improvisto apenas las pesadas puertas del convoy les retiran su cobijo, ante sus ojos impotente ve caer a Ramírez de un fulminante disparo a la cabeza, su rostro incrédulo siente las gotas de sangre desparramarse en él, todo en cámara lenta, no comprende si por el temor o la impresión, mas apenas nota el descenso acelerado del Capitán olvida esa primera impresión, la borra, ahora hay algo mas importante que resguardar para su mente al notar como se enfrasca él en la batalla y al verlo arrojar sus primeras granadas. Ella es la soldado mas ágil de su escuadrón y quizá la mas capaz, pero ahora sus talentos están a su servicio.

 

Lo ve alejarse, lo ve adentrarse con una facilidad insólita a la residencia, es claro cual es su objetivo final. Aunque busca seguirle de cerca solo escucha disparos ensordecer sus oídos con su detonar y las granadas que desorientan sus sentidos con su poder destructivo. Ve caer a sus compañeros, no comprende tal reacción ante un ataque que se sabia inesperado, la sorpresa ha sido de ellos. Para Elena no importa nada mas, se hace un sendero entre las balas.

 

Tras de si, un infierno, compañeros de años siendo heridos o acribillados. Uno de los equipos de élite de las fuerzas especiales mas condecorado es víctima del desconcierto. El zumbido característico de las poderosas metrallas que con su música de muerte regalan un escenario vil.

 

La joven siente una amargura en su pecho, un apretujón que la conmueve por momentos, ha perdido de vista a su capitán, intenta darle alcance después de verlo entrar a la residencia en busca de uno de los hombres mas peligrosos. Siempre actuaba así, porque se sabia capaz, mas ella asimila ya que jamás habían estado en un nivel tal de inferioridad y además algo extraño estaba pasando. Esas mismas sospechas la hacen abrirse paso con movimientos rápidos y alertas en todo momento a la aparición de algún enemigo, la vista aguda en busca de cualquier pequeño movimiento es su principal cualidad y la que la hace respetada, es esa misma capacidad la que hace neutralizar sin tanto trabajo a dos pistoleros que buscaban sorprenderla.

 

Ingresando al gran salón sabe que es victima fácil, de sus compañeros no puede esperar ayuda, se escuchan detonaciones que desde varios parajes los mantienen a raya. La táctica no ha funcionado, ninguno de ellos esperaba que al salir del blindado estuvieran tan a merced del enemigo. Su vista y su fusil se acompañan, se hacen uno solo. Agudiza sus sentidos, y sus movimientos se vuelven mas desesperados al verse poco a poco invadida por la angustia, su sigilo característico se esta perdiendo ante la incapacidad de ubicar al capitán ya que cada instante que transcurre la hace temer lo peor. Entre las miles de centellas que acompañan el cacaraqueo de las armas y voces de ahogo al sentir la bala perforar los cuerpos, distingue la de Marco. En una sala contigua una discusión se lleva a cabo, con destreza, agilidad y estilizados movimientos muestra de su feminidad ingresa de pronto ante la imagen que le perturbaba, el imaginar el cuerpo de su amor tendido.

 

Saca ventaja de la sorpresiva intrusión para golpear con toda su fuerza la cabeza de uno de los hombres que se aprestaban a darle muerte al capitán Marco, aprovechando la batalla que el mismo llevaba con un miembro de los sicarios, la sensación de alivio de verlo luchar, le arranca una ligera sonrisa oculta por su capucha. Aun enfrascada en la acción de ultimar a aquel hombre que antes golpeo, pero la situación luce caótica.

 

El capitán Marco ha perdido su arma y solo se ve involucrado en un fiero combate con el “El Rudy” Maldonado, un ex miembro del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFES) del ejercito. Un hombre condecorado antes de su disidencia de las fuerzas armadas, pero que no ha perdido su condición. La chica se olvida de su víctima para dirigirse cuanto antes a prestar ayuda al capitán que ha sido herido en un brazo, solo ve eso, su mente se ofusca por instantes en dicha acción olvidándose de su entorno y no ve venir el golpe que le retira el arma de las manos, saca con una agilidad felina su Berreta y la detona para acabar con aquel enemigo que la ha sorprendido.

 

Solo al darse vuelta para lanzar su ataque hacia el importante capo la invade una terrible sensación al notar como su pecho se quema, siente la destrucción en un solo disparo aún a pesar de portar su chaleco antibalas. Es un disparo contundente, que le hace nublar la vista, y vuelve su cuerpo pesado e incapaz de mantenerse en pie. Cae de rodillas ante el hombre que se presta a ultimarla de un disparo a la cabeza, lo ve con rabia, pero su mirada perdida busca algo más en medio de los gritos y la lluvia de balas de aquel lugar. Se escuchan amenazas desaforadas y ni siquiera nota cuando el imponente líder de la mafia se aparta rápidamente de ella sin lograr lo que se proponía. Sus ojos nublados por lágrimas y por un electrizar paralizante se mueven desorbitados, anhelan ver por última vez a su amado en esos, sus últimos momentos, desea despedirse sabiendo que se encuentra bien, que está a salvo y que corre a su lado para tomarla en sus brazos. Esa es una imagen que añora, mas que no es capaz de regalarse al caer de espaldas plegándose sus piernas. Allí sin mas, la vista la abandona y sus sentidos se debilitan al grado de impedirle percibir nada mas.

 

 

Continuarà...

Edited by "O_O"
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