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  1. La madre una mañana envía a dos hermanos a caminar, esperando que las diferencias entre ellos se aminoren. Caminando descubren un túnel oscuro, húmedo y resbaladizo. El hermano entra y la hermana, aterrada, espera afuera. Al lograr vencer su angustioso miedo la hermana decide ir a buscarlo. Emocionante relato de complicidad y solidaridad iluminado con realistas y sobrecogedoras ilustraciones. M.C.S. POSTULADO PARA LOS MEJORES LIBROS PARA NIÑOS 1995 Datos biográficos Anthony Browne nació en Sheffield, Inglaterra, el 11 de septiembre de 1946. "Su infancia, llena de recuerdos significativos, la vive en el ambiente de un pub que regenteaban sus padres, y es allí donde verá por primera vez algunas peleas organizadas en un prado cercado. Su padre que había estado durante la Guerra en el Norte de Africa había sido boxeador y jugador de rugby y aunque era un hombre amable, tenía afición por este tipo de deportes. Con él y su hermano, Anthony empezó a dibujar soldados y escenas de batallas, ilustraciones que ya reflejan un poco su trabajo posterior: '...lo que yo dibujaba entonces se parece bastante a mis dibujos actuales. Los temas eran a menudo batallas —de indios y vaqueros, de piratas ...—, pero siempre en el fondo de la escena aparecían cosas extrañas que a veces no tenían nada que ver con el tema de la escena. Por ejemplo, una cabeza decapitada que hablaba, un brazo desmembrado que se agitaba...' "Era una época en la que vivía lleno de terrores, la gente le perseguía, oía ruidos en el armario... los muebles clásicos y oscuros de su casa eran una amenaza constante. Posiblemente, esta experiencia significativa de su infancia la podemos ver reflejada en su obra, tan cargada de esa búsqueda de liberación de la angustia, de la sombra, de la oscuridad." (1) Cuando Browne tenía 7 años su familia se traslada a Halifax, Yorkshire, donde continua estudiando y dedicándose al dibujo. Se gradua en el Leeds College or Art con mención honorífica y comienza a especializarse en el diseño gráfico. Viaja a Manchester y trabaja como dibujante de temas médicos en un hospital. Esta combinación entre la pintura y la figura humana provocarán en el joven Browne un entusiasmo por el orden y la precisión en el dibujo que se evidenciará notablemente en sus futuros libros. "Su primer trabajo independiente lo realiza como diseñador de postales para niños, trabajo que le da autonomía económica y asimismo, con la ayuda inestimable de su 'patrón' Gordon Fraser, se convierte en una plataforma real para pensar y realizar sus primeros libros." (2) Dibujo de la portada de Willy el Soñador (ver bibliografía más abajo) Through the Magic Mirror es el nombre de su primer libro, publicado en 1976 por Hamish Hamilton. Así seguirá editando otros libros más hasta alcanzar su primer gran éxito, Gorila (3), con el que consigue varios premios importantes: Emill/Kurt Maschler Award, Kate Greenaway Medal, New York Times Illustrated Book y Boston Globe Award Honour Book. El libro cuenta la historia de una niña a quien su padre, siempre ocupado, no le prestaba mucha atención. Una noche, su pequeño gorila de peluche cobra vida y se convierte en un auténtico gorila que la lleva a un paseo inolvidable. "Este personaje, acompañado de un oso de peluche, había sido ilustrado anteriormente por el autor para una postal... y de esta idea surgió el libro. El personaje era un gran gorila macho, reflejo de su padre que, como este animal, era grande, potencialmente agresivo y tierno; en la historia aquel osito de peluche es reemplazado por una niña frágil que se convierte en el personaje humano principal." (4) El crítico e investigador cubano Sergio Andricaín estudia la obra de Anthony Browne y afirma que "es posible detectar, con mucha facilidad, procedimientos estilísticos que se reiteran dentro del postmodernismo y que forman parte raigal de la impronta de este creador". Andricaín analiza "determinados rasgos de su quehacer que permiten asociarlo con algunas de las claves de la corriente postmodernista en el arte contemporáneo." (5) Actualmente, Anthony Browne es considerado uno de los principales creadores de libros-álbum en el mundo y ha sido traducido a más de quince idiomas. El IBBY (International Board on Books for Young People), le otorgó el Premio Hans Christian Andersen 2000, en la categoría "Ilustrador", por la totalidad de su obra. Desde junio de 2001 a marzo de 2002, Browne trabajó como escritor e ilustrador residente en la Tate Gallery, un importante museo de arte de Londres. Allí, como parte del proyecto Caminos Visuales —desarrollado por el museo en colaboración con el Instituto de Educación británico— el autor tomó contacto con un millar de niños de escuelas de zonas marginales para realizar actividades de lectura y escritura utilizando los recursos de la Tate Gallery. Fruto de esta experiencia ( "que cambió mi vida para siempre"), Browne realizó El juego de las formas (6), un libro en el que aborda el tema de las reacciones humanas frente a las obras de arte. ------------------------------------------------------- Un cuento infantil como metáfora del proceso de individuación En los últimos veinte años, ha habido una revolución en el ámbito de la literatura infantil en el sentido de la cantidad, calidad y variedad de textos que se han puesto a disposición de los niños. Entre estos textos, hay un subgénero diferenciado que denominamos “libro álbum” y que podríamos definir someramente como un libro en el que texto, ilustración, diseño constituyen una unidad de significado e interacción que no se da en otros tipos de obras. Esta interacción particular entre imagen y texto provoca la interpretación, no sólo del adulto “especialista” sino del niño que pronto descubre que la palabra y lo icónico encuentran diferentes formas de relacionarse, incluso oponiéndose o contando historias a veces divergentes. Es importante destacar que estos libros alientan la lectura total, en la que todos los elementos forman parte de un engranaje que combina lo imaginario y lo simbólico y provocan procesos muy ricos de trabajo con el material inconsciente en los niños y adultos, cumpliendo la función que Jung alentaba en Aion de proveer a los niños de símbolos instrumentales “por cuyo medio transmitir contenidos inconcientes a la consciencia, donde pueden ser interpretados e integrados.”2 El túnel es un libro álbum, cuyo autor es Anthony Browne3. El relato retoma las características propias de un cuento de hadas: inicio fuera del tiempo, personajes sin nombre (cuando este se devela es un nombre común aplicable a cualquiera -en el sentido de todos y cada uno-), personaje inicial “carente”, viaje en el que se enfrentan peligros, pruebas, cambio ascendente, metamorfosis mágica, etc. Además el autor establece una continua intertextualidad con los relatos más clásicos del género4, como iremos viendo. Como es sabido, los cuentos de hadas expresan de manera directa los procesos psíquicos del inconsciente colectivo. En este trabajo, desarrollaré la hipótesis de que El túnel funciona a la manera de un cuento de hadas describiendo, como ha dicho Marie Louise Von Franz “… el sí mismo en tanto totalidad psíquica del individuo y centro regulador del inconsciente colectivo.”5 Además, como propone la misma autora cada cuento esboza partes de esa experiencia6. En este caso, creo que se trata de un relato sobre el animus y el anima y de la descripción de lo que M.L. Von Franz ha denominado el desafío del ánima. Antes de entrar directamente en la interpretación, me resta decir que soy consciente de que el propio trabajo de elaboración intelectual que el autor realiza “recubre” las estructuras arquetípicas impidiéndoles manifestarse con la sencillez propia de un cuento anónimo tradicional, sin embargo, la capacidad simbólica del relato (texto e imagen) excede (aflora) sobre la elaboración intelectual. Como dice la autora antes citada “Sólo si tiene un valor emotivo y afectivo para el individuo, esta imagen está viva y plena de sentido”7 Al respecto me resta decir que El túnel ha tenido un fuerte impacto emocional sobre mí misma desde el momento en que lo leí8 y desde esa emoción encaro esta interpretación. En un reportaje, Browne menciona que es el libro acerca del cual los niños hacen las preguntas más interesantes: “Los niños en realidad piensan9 en este libro, mientras que en otros… sólo piensan sobre qué tratará la próxima historia…” y se refiere a su propia emoción frente a la obra: “También es un libro acerca de aceptar los diferentes aspectos del propio carácter. De algún modo es un libro acerca de un hermano y una hermana, pero también son dos aspectos de uno mismo. Lo que quiero decir es que creo que me identifico con el niño y la niña, y al final se unen en una especie de equilibrio.”10 Para cerrar esta introducción, cito a Jung: “Es por ello, completamente lógico que el poeta recaiga otra vez sobre figuras mitológicas a fin de encontrar la expresión adecuada para su vivencia. Nada sería más errado que admitir que él, en tales casos, crea partiendo de un material que le sobreviene; más bien crea partiendo de la vivencia primordial, cuya oscura naturaleza precisa de las figuras mitológicas y por lo tanto, atrae a sí ávidamente lo emparentado, a fin de expresarse en ello.”11 “La interpretación es un arte, un oficio, que, a fin de cuentas tiene como base lo que uno es en sí mismo.” Marie-Louise von Franz Según Jung, cada arquetipo es un sistema energético que se relaciona con todos los otros arquetipos y en esencia, un factor psíquico desconocido, que se expresa son metáforas, símbolos. Mi hipótesis es que El túnel representa el proceso de individuación y el arquetipo del selbst, centro y totalidad, a través de la complementariedad e integración de los dos hermanos, como una inclusión de los distintos aspectos de la psique. Creo que hay en la figura de la niña una representación de la psiquis ganada por el ánima que no puede conectarse con su ánimus y lo inverso ocurre en el personaje varón. La historia también concierne a una situación en la cual el principio de la relación con el inconsciente, con lo irracional, está “sumergido”, mediatizado por el libro, no vivido. El desenlace es símbolo del “selbst” e integración de los opuestos, hasta, en cierto modo, una reelaboración de la figura hermafrodita con la que este arquetipo suele representarse. Una syzygia, según denomina Jung a la pareja divina.12 En esta tentativa de análisis centraré la mirada sobre la figura femenina. Lla misma aparece devaluada en el inicio y crece hacia el final. Marie-Louise von Franz utiliza la expresión “cuentos de redención mutua” para aquellos como este en el cual se intenta describir comportamientos humanos, remitiéndose a la relación entre dos seres: acá los dos hermanos. La autora dice que “describen los procesos que se desarrollan entre hombre y mujer o los hechos psíquicos fundamentales que van más allá de las diferencias entre lo masculino y lo femenino.”13 “En estos cuentos, los niños representan a menudo los papeles principales,… Al estar relativamente indiferenciados, tanto sexual como psíquicamente, los niños están más cerca de la imagen del ser hermafrodita original. Por eso el niño es apto para convertirse en un símbolo del Sí-mismo, es decir, de una totalidad interior futura, así como, simultáneamente, de aspectos no desarrollados de la individualidad. El niño representa una parte de inocencia y de maravilla que sobrevive en nosotros, procedente de un pasado lejano; es a un tiempo lo que ha sido superado de nuestra infancia personal y la nueva forma en gestación de la individualidad futura.”14 Siguiendo el esquema de análisis propuesto por la autora, diremos que en la introducción se da la típica ubicación del relato en un tiempo fuera del tiempo del inconsciente colectivo: “Había una vez…” El espacio propone un ámbito de modernidad15, complementa las características de los personajes y será un elemento de identificación de cada uno hasta el cambio final. A ella se la identifica con el papel tapiz vegetal (que me sugiere con su diseño la fertilidad y el aparato reproductor femenino)16 y a él con el muro de ladrillos17 Imágenes tomadas de “El Túnel” de Anthony Browne, Fondo de Cultura Económica, 1993. Sigue la presentación de las dramatis personae: “un hermano y una hermana que no se parecían en nada”. Es interesante observar que no hay figura paterna y la madre aparece en off, apenas representada por la mano que los expulsa en la séptima página. Al analizar esta caracterización de “diferentes en todo”, vemos que el dibujante se ha esmerado en señalar las diferencias (color de ojos, línea de los labios, ropa, etc.) sin embargo los lectores percibimos en ambos una extraña familiaridad. Las figuras están en un aparente equilibrio dado por los cuadros paralelos. Sin embargo, en la última imagen del relato, la cara de la niña ocupará un lugar central, su mirada ha cambiado y busca los ojos del niño con los cuales hace contacto, y como veremos, es allí donde realmente se da el equilibrio. La descripción de los personajes acentúa los rasgos diferenciadores: la niña “toda ánima”, es casera (en el dibujo el autor triplica la imagen de la casa: lo menciona en el texto, la dibuja “adentro”, la rodea de casas y reproduce una casita en el cuento que ella lee). Lee y sueña. Él juega “afuera”, ríe, grita, patea, juega a la pelota, salta…Se dice en la página sexta que pelean y discuten cuando están juntos y nuevamente el autor aprovecha para simbolizar las diferencias: los manteles, el salero y pimentero, en blanco y negro, representan el yin y yang, y quedan ubicados frente a la niña y el niño, respectivamente… Imágenes tomadas de “El Túnel” de Anthony Browne, Fondo de Cultura Económica, 1993. De noche, la polaridad se completa: él duerme y ella permanece en vela, temerosa de la oscuridad. La escena del dormitorio es particularmente rica en elementos para el análisis. La figura de la niña, apenas sugerida, como “enterrada”, representa claramente a la “heroína… incapaz de expresarse… debido a que su vida afectiva entera ha caído bajo el control de los poderes oscuros del inconsciente y a que se producen acontecimientos en su mundo interior que no consigue sacar a la luz”18. Falta de energía psíquica, ya que en tanto el ánima no es liberada, la vida no fluye y la energía se halla prisionera de comportamientos malos y voraces.19 En la soledad, como síntoma precursor de un desarrollo de la personalidad y en situación propicia para que aparezcan imágenes del inconsciente. Es interesante ver como el empapelado, la colcha, reproducen un estampado de flores que complementa la naturaleza femenina. Se insiste con el motivo de la casa, ahora en el velador y el cuadro reproduce una escena de “Caperucita Roja” que se refuerza con el abrigo de la niña en la percha y la figura del hermano disfrazado de lobo. Podemos aventurar que las figuras animales representan aspectos de la sombra que ella aún no se anima a asumir (que aún no se han integrado). Una observación más detallada muestra el minucioso trabajo del artista sobre los juegos de sombras en el dibujo (¡¡¡el picaporte hace una sombra desmedida!!!). Finalmente, debajo de la cama, asoma una cola animal, y en el lado opuesto, dos zapatos, misteriosamente abandonados hacia abajo, sugieren la presencia de alguien escondido. La imagen y posición de los zapatos se parecen mucho a la figura de la tapa del libro. Creo que adelanta la posibilidad que Rosa tendrá de adentrarse en el túnel de su inconsciente, de la misma manera que la manga, escapando del roperito, parece sugerir que hay contenidos escondidos que pugnan por aflorar. Imágenes tomadas de “El Túnel” de Anthony Browne, Fondo de Cultura Económica, 1993. Siguiendo con la estructura de análisis, entramos en la exposición del conflicto. La madre los expulsa de la casa, cansada de sus peleas. Como han señalado Campbell y otros, la salida fuera de los límites, marca el comienzo de la aventura.20 Antes hablábamos del motivo de la sombra, es interesante observar cómo en los dibujos, hasta aquí, la sombra parece ser un elemento del varón. Von Franz menciona que en los cuentos de hadas, ánimus y sombra suelen aparecer vinculados. El dibujante nunca la representa del lado de ella, del mismo modo que ella queda sobre los ladrillos varias veces y el niño nunca es representado sobre el papel verde. Cuando salen de la casa, ella va “postergada” y su sombra se diluye en la de él. Del mismo modo, en la escena del baldío, un caño divide claramente el ámbito y él queda del lado de la “basura”, con su pelota en tanto que ella queda en un espacio más limpio con su libro. El texto reitera el temor de ella y las burlas de él: “¡Ay, eres una bebita! –dijo el hermano -. Todo te da miedo.” Imágenes tomadas de “El Túnel” de Anthony Browne, Fondo de Cultura Económica, 1993. Nos encontramos frente al túnel, abismo de la completa inconciencia. Ante la invitación de él: “Ven, vamos, vamos a ver qué hay del otro lado.”, la niña se niega a acompañarlo, nuevamente con miedo: “…ahí puede haber brujas, o duendes o cualquier cosa.” El niño avanza en ese pasaje hacia lo femenino, irracional, inconciente. Marie-Louise von Franz observa como, en muchos cuentos tradicionales, el ánimus despierta a la mujer: los caprichos del ánimus le suscitan la duda de sí y la empujan a salir de ella y a exponer su naturaleza pasiva a la resistencia del mundo. Imágenes tomadas de “El Túnel” de Anthony Browne, Fondo de Cultura Económica, 1993. Desolada, ante la tardanza de su hermano, decide seguirlo por el túnel, “… cuando se está confrontado a una situación falsa hay que saltar sin dudas al fondo, vivir la dificultad y pasar a través de ella”21. Significativamente, el libro es abandonado, habitualmente, en los cuentos de hadas, la heroína va sacrificando objetos preciosos en su camino, este sacrificio simboliza el abandono del antiguo punto de vista (recordemos, también el concepto de proyección tal como lo ve Jung: un sujeto aplica a seres u objetos, contenidos inconscientes. La realización supone el retiro, paulatino, de las proyecciones.) El libro de lectura de la niña queda abierto en una imagen donde aparecen, cuatro figuras femeninas, símbolos del ánima: la bruja, la princesa, una sirvienta y seguramente una recién nacida, en el moisés. En el artículo que escribe para El hombre y sus símbolos, Marie-Louise Von Franz, menciona que las estructuras simbólicas que parecen referirse al proceso de individuación tienden a basarse en el motivo del número cuatro y en el mismo artículo hace referencia a la figura “de una mujer pequeñita” como simbolización del Sí-mismo en la psique femenina.22 Jung hace un análisis del túnel o caverna al referirse al sura XVIII del Corán, tomándolo como símbolo del proceso de transformación. Dice: “La leyenda tiene el sentido siguiente: a quien le acontezca caer en aquella caverna, es decir en la caverna que cada uno lleva en sí, o en aquella oscuridad que yace tras su conciencia, es involucrado en un proceso de transformación, al principio inconsciente. Mediante su entrar en lo inconsciente causa él una combinación de su conciencia con los contenidos inconscientes. De ello puede seguirse una modificación, cargada de consecuencias, de su personalidad, en sentido positivo o negativo.”23 También, en Arquetipos e inconsciente colectivo se refiere al encuentro con la sombra como “un angosto paso, una puerta estrecha, cuya penosa estrechez nadie que descienda a la fuente profunda pude evitar.”24 El túnel oscuro, húmedo y resbaladizo, la deposita en un bosque. El bosque es tradicionalmente el mundo inconsciente y un viaje por el bosque, refuerza el aislamiento y el sentimiento de soledad. En un comienzo el ámbito es tranquilo y amable. Aparece allí la referencia a “Hansel y Gretel” con los pájaros devorando las migas de pan. Además de la intertextualidad, el bosque se resignifica como “una región en la que la visibilidad es limitada, donde se puede extraviar el camino, donde pueden presentarse inesperadamente animales salvajes y peligros…” 25 Creo que puede decirse que una vez iniciado el camino de transformación se pierden las pistas para regresar sobre los propios pasos. El texto dice: “Quería regresarse pero no podía…” Rápidamente, el bosque se transforma en una selva oscura.26 Hay ahora varios elementos para analizar. La niña decide avanzar, a pesar de su miedo, para buscar a su hermano, abandona su mundo de fantasía y concreta su actuar. El bosque se puebla de figuras extrañas (es un recurso muy típico de Browne que sus diseños sugieran ambigüedades entre lo humano, lo vegetal, lo animal…): En los troncos aparecen caras, un pulgar, una cachiporra, etc. Dada la extensión de este trabajo, no puedo detenerme en el análisis de todos los símbolos. Sólo destacaré la presencia de elementos “civilizados” entre lo natural: la fogata, la soga, el hacha, el agujero tapado en el tronco… En el mito, el héroe cumple tareas civilizadoras. Son signos del trabajo sobre el inconsciente que tiene la tendencia de limitar toda tentativa humana hacia el progreso. Se observa además, la fuerte alusión a “Caperucita Roja”, nuevamente, en el abrigo de la niña y en la canasta que parece haber quedado descuidadamente abandonada. El fuego representa lo emocional, ritualmente transformador. Imágenes tomadas de “El Túnel” de Anthony Browne, Fondo de Cultura Económica, 1993. La niña proyecta ahora una sombra definida sobre la cual avanza. Ha asimilado su sombra en tanto aspectos infantiles, subdesarrollados. Jung dice: “Si uno está en situación de ver su propia sombra y soportar el saber que la tiene, sólo se ha cumplido una pequeña parte de la tarea: se ha trascendido lo inconsciente personal.”27 En la escena que sigue, nuevamente se multiplican las referencias al cuento tradicional con la aparición del lobo en dos figuras, una de las cuales reproduce la del cuadro en el dormitorio de la niña. La niña huye porque se cree perseguida (o lo está) y encontrará al hermano. El abrazo, como la aceptación del matrimonio en algunos cuentos tradicionales, representa el reconocimiento de que su destino pasa por la aceptación de ese espíritu (ánimus-sombra) que la perseguía.28 Llegamos a la peripateia (peripecia), punto máximo de tensión. En un claro del bosque, se encuentra con la figura de piedra.29 En los cuentos de hadas, el cofre o féretro de piedra suele ser una imagen de estado de separación respecto de la vida. El ánimus debe encontrarse con el ánima, guía hacia la realización del sí-mismo, aun de manera dolorosa. Von Franz señala que en los cuentos tradicionales el ánimus debe ser severamente dominado por un poder superior. En este caso, algo lo ha convertido en piedra. Imágenes tomadas de “El Túnel” de Anthony Browne, Fondo de Cultura Económica, 1993. La niña actúa: abraza a la figura y llora, los cuadros van ganando en luz hacia la transformación, y ella consigue la metamorfosis del niño que recupera su forma original y regresan “Juntos, los dos”. Es frecuente en el desenlace de los cuentos de hadas que lo sombrío desaparezca tan pronto como se da el triunfo del héroe. En el desenlace se produce una enantiodromía: el niño agresivo se dulcifica, la valora: “¡Rosa!, yo sabía que vendrías.”, en la imagen los niños se abrazan, mirándose a los ojos y a su alrededor se despliega un círculo de flores, dentro del cual, ellos quedan en el centro. Este anillo, mandala, representa la totalidad del sí mismo: el equilibrio que se completa en la imagen final. En la mayoría de los cuentos de hadas tradicionales esta unión está representada por la boda, como símbolo de la unión equilibrada de los principios masculino y femenino. Habitualmente, la boda indica la existencia de un problema en el que la actitud dominante ha sido masculina, falta el elemento femenino y el desarrollo del relato tiende a mostrar cómo este elemento femenino es restaurado y llevado a la conciencia. Gracias a esta unión, el consciente gana una energía que trae como consecuencia el establecimiento de una mejor relación con el mundo, capacidad de crear y amar. Significativamente, es la primera vez que sabemos el nombre de la niña: Rosa. El nombre de él aparecerá en la oración de cierre: Juan. No escapa el simbolismo del nombre de ella en relación con el mandala y la regeneración.30 En el ámbito en el que se produce el abrazo, observamos que el bosque ha dejado de ser tal para convertirse en un espacio donde abundan los árboles talados. Campbell31 hace referencia a la imaginación mítica vinculada con el mundo vegetal y destaca que “en las culturas selváticas o agrícolas hay un sentido de la muerte que de algún modo no es muerte, una muerte que es necesaria para que la vida se renueve…”, la imagen se refuerza con la lápida que ha aparecido en la página dieciocho. Del mismo modo, la hiedra que se repite tantas veces en los dibujos, se considera símbolo femenino, que revela necesidad de protección.32 En los cuentos tradicionales, talar bosques es formar un calvero donde la luz de la conciencia puede penetrar en el inconsciente colectivo, llegando a él. Del mismo modo, el claro en el bosque es el espacio sagrado o temenos, palabra que deriva del verbo temno: cortar. Imágenes tomadas de “El Túnel” de Anthony Browne, Fondo de Cultura Económica, 1993. La imagen final representa el auseinmondersetzung: una cosa ha sido puesta frente a la otra, no como pelea sino “viendo” en el otro. Los dos hermanos, caras complementarias de la entidad psíquica, yin y yang, se integran. Se estabiliza la situación al integrar la sombra, el ánimus y el ánima, llegando a la relación con el sí mismo. Creo ver en la figura final un mandala, representado de tres maneras que se complementan: el papel tapiz que, hasta aquí, representaba la individualidad de cada uno de los hermanos, se ha metamorfoseado en uno nuevo, de semicírculos concéntricos. Las figuras de los hermanos se equilibran en un “frente a frente”, que podemos imaginar, ocurre en la mesa, al sentarse a comer. En el encuentro, figura femenina ha integrado su ánimus y podemos suponer que la masculina ha hecho lo propio con su ánima. Por último, es interesante que el autor haya focalizado su diseño en las cabezas. Es conocida la referencia de Platón acerca de que la cabeza reproduce la imagen esférica del Universo y de Dios. La cabeza es símbolo, en muchos cuentos de hadas tradicionales, del Sí-mismo, “poseerla /luego de posibles decapitaciones/ vuelve capaz de comprender los propios procesos psíquicos internos.”33 En el final, surge una personalidad consciente más verdadera y de contornos mejor definidos, por eso el primer plano. Finalmente, me atrevo a sugerir que puede haber una referencia crística en la cruz de la ventana iluminada que ha quedado detrás de la cabeza de la niña.34 La figura contrasta con la inicial donde decíamos que la niña-ánima estaba inscripta en una “matriz” vegetal. La imagen de Cristo como símbolo del Sí-mismo ha sido ampliamente analizada por Jung, aquí creo que simboliza la individuación en el sentido de volverse más espiritual y más ampliamente humano35 y siguiendo a Aniela Jaffé tendremos, en el diseño, la redondez mandálica, símbolo de la totalidad natural y la forma cuadrangular, representación de esa totalidad en la conciencia.36 BIBLIOGRAFÍA BROWNE, Anthony. El Túnel. México, Fondo de Cultura Económica, 2001. CAMPBELL, Joseph. El poder del mito. Barcelona. Emecé. CHEVALIER, Jean. DICCIONARIO DE SÍMBOLOS. Barcelona, Herder, 1995. JUNG, Carl Gustav. AION, Buenos Aires, Paidós, 1997. JUNG, Carl Gustav. Formaciones de lo inconsciente, Bs.As. Paidós, 1990. JUNG, Carl G. El hombre y sus símbolos, Barcelona, Caralt, 1984. JUNG, Carl Gustav. Arquetipos e inconsciente colectivo. Buenos Aires. Paidós, 1970, pág. 31. VON FRANZ, Marie-Louise. Érase una vez…. Barcelona, Luciérnaga, 1993. 1 BROWNE Anthony. El túnel. Fondo de Cultura Económica. México. 2001. El libro no tiene numeración de páginas, se considera la primera, aquella en la que comienza el relato. 2 JUNG, Carl Gustav. AION, Buenos Aires, Paidós, 1997, pág.179 3 Browne es un artista británico… ha ganado numerosos premios por su obra, entre ellos el más importante dedicado a la lit. infantil (el Premio Hans Chistian Andersen). Morag Styles ha dicho que su trabajo es “extraño y perturbador pleno de imágenes surrealistas en las que nada es lo que parece…” 301 4 Caperucita Roja en el traje, el bosque, la presencia del lobo, el leñador sugerido…; Hansel y Gretel en el camino regado con migas, los dos hermanos, la casa en el bosque; Jack y las habichuelas mágicas… 5 VON FRANZ, Marie-Louise. Érase una vez…. Barcelona, Luciérnaga, 1993, pág. 9. 6 von Franz recuerda que “cada arquetipo es en esencia uno de los aspectos del IC, al tiempo que representa siempre su totalidad” 9 7 VON FRANZ, Marie-Louise. Op. cit. Pág.18. 8 Conozco bastante y desde hace tiempo la obra de Browne, pero recién en junio de este año tuve acceso a este libro, paralelamente con mi aproximación a la psicología analítica y desde ese momento, esta interpretación acerca de los arquetipos ha estado rondando en mi interior. 9 El subrayado es mío. 10 STYLE, Morag . Lectura de imágenes. Los niños interpretan textos. México, Fondo de Cultura Económica, pág. 310 11 JUNG, Carl Gustav. Formaciones de lo inconsciente, Bs.As. Paidós, 1990, pág.17. 12 JUNG, Carl Gustav. Arquetipos e inconsciente colectivo. Buenos Aires. Paidós, 1970, pág. 64. 13 VON FRANZ, Marie-Louise. Op. cit. Pág. 232. 14 VON FRANZ, Marie-Louise. Op. cit. pág.232.. 15 Sin embargo es interesante observar, que en el caso de la imagen que acompaña a la niña en la ventana, los edificios fabriles del fondo bien pueden sugerir castillos y palacios propios del cuento de hadas. 16 En la figura de la página 1, ella queda “inscripta” en esa sugerente matriz. 17 Al respecto es interesante observar que en uno de los juegos típicos de este autor para el manejo de lo realista y lo surrealista en sus dibujos, las guardas del libro (o sea las ilustraciones que cubren el interior de las tapas) que representan el muro de ladrillos son, si se observa bien, también un papel tapiz, ya que se ven las líneas de unión (¡¡¡sin embargo, el autor evita que se repitan como en un verdadero empapelado!!!) 18 VON FRANZ, Marie-Louise. Op. cit. pág.200. 19 VON FRANZ, Marie-Louise. Op. cit. pág.168. 20 CAMPBELL, Joseph. El poder del mito. Barcelona. Emecé, pág. 222 21 VON FRANZ, Marie-Louise. Op. cit. pág.214. 22 JUNG, Carl G. El hombre y sus símbolos, Barcelona, Caralt, 1984, págs. 195 y 197. 23 JUNG, Carl Gustav. Formaciones de lo inconsciente, Bs.As. Paidós, 1990, pág. 43. 24 JUNG, Carl Gustav. Arquetipos e inconsciente colectivo. Buenos Aires. Paidós, 1970, pág. 31. 25 VON FRANZ, Marie-Louise. Op. cit. pág.152. 26 Aunque el sonido del texto inglés no es el mismo, no puedo evitar pensar en el inicio de la Divina Comedia: “Nel mezzo del cammnin di nostra vita mi ritrovai per una selva oscura chè la diritta via era smarrita..” 27 JUNG, Carl Gustav. Arquetipos e inconsciente colectivo. Buenos Aires. Paidós, 1970, pág. 30. 28 VON FRANZ, Marie-Louise. Op. cit. pág.216. 29 En la imagen, se introduce ¡¡¡la sombra de la niña!!! 30 CHEVALIER, Jean. DICCIONARIO DE SÍMBOLOS. Barcelona, Herder, 1995. 31 CAMPBELL, Joseph. Op. cit. pág. 152 32 CHEVALIER. Op.cit. 33 VON FRANZ, Marie-Louise. Op. cit. pág.183 34 Browne ha usado en otros diseños esta figura de la cruz dividiendo imágenes y los críticos han visto en esta imagen un simbolismo crístico. 35 VON FRANZ, Marie-Louise. Op. cit. pág.169. 36 JUNG, Carl G. El hombre y sus símbolos, pág. 241 Por Prof. Mónica Beatriz Ávila [hide]http://dl.dropbox.com/u/5131173/El%20Tunel%20-%20Anthony%20Browne.pdf[/hide]
  2. Uy que bueno. Tengo varios de Anthony Browne en papel y salen muy caros. Me gustaría cosneguir mas.
  3. Excelente. ¿Hay mas de esta colección? Es muy buena.
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