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CAPÍTULO 178 - YA NO LE GUSTO


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CAPÍTULO 178 -  YA NO LE GUSTO

-ATENCIÓN A LA BAJA AUTOESTIMA-

 

Este es el capítulo 178 de un total de 200 –que se irán publicando-  que forman parte del libro RELACIONES DE PAREJA: TODO LO QUE NO NOS HAN ENSEÑADO Y CONVIENE SABER

 

 

Uno de los modos de manifestar una baja Autoestima es culpabilizarse y depreciarse con este pensamiento: “Ya no le gusto”.

 

Si se nota una disminución en la atención del otro –que es bastante habitual cuando ya se lleva un tiempo juntos- porque se le exige una atención y dedicación plena y eso es imposible de mantener, pueden comenzar a temblar los cimientos interiores ante esta presunción, tan cargada de veneno, porque se puede prejuzgar desde el catastrofismo como que es el principio del fin: “Ya no le gusto”.

 

Y no siempre es real el caso que “ya no le gusto”, pero sí es un pésimo argumento para enzarzarse en una dialéctica interior en la que se buscarán justificaciones que le den la razón a una en su destructiva e incierta suposición.

 

En vez de valorar que puede ser una simple desatención, momentánea y pasajera, como consecuencia de la convivencia continuada, se desatan los demonios interiores en una carrera autodestructiva –esa masoquista costumbre de los que tienen una Autoestima mal ponderada-, y hacen un mundo explosivo de lo que es nada.

 

Entonces se dispara la alerta de los celos y se empiezan a ver a todas las demás personas del mismo sexo como rivales, y, sin darse cuenta, uno comienza a compararse con los demás y siempre salen ganando los demás; y con una desesperación desconfiada se siguen la trazadas de las miradas del otro, y se imaginan aposentándose en las nalgas o los pechos de otras –que en la imaginación perturbada siempre son mejores que los propios-, o en las sonrisas tan atractivas y varoniles de ellos –que aún mantienen latente la lujuria-, y las miradas que solamente miran al frente inocentemente, son desviadas por ella, o por él, con el poder de sus sospechas, hacia otros.

 

Si se persiste en esa actitud demoledora, la cotización propia caerá en picado. En todas las comparativas saldrá perdiendo. Su Autoestima descenderá un poco por debajo de sus peores momentos. Puede ser, y esto es trágico, el principio de una fase desastrosa.

 

Y todo nació por una tontería sin razón.

 

Aún puede ser peor, y es que, en el convencimiento inconsistente de su poca valía –y todo esto es solamente un monólogo interior del que casi nunca se es consciente- sopese seriamente la opción de amarrar esa relación como sea –porque si no se queda con esta pareja puede que ninguna otra le vaya a querer-, y permita cosas que no debieran permitirse: desde los desaires hasta las infidelidades, o sea, ceder en cualquier cosa con tal de que no se vaya y le deje a una a merced de su soledad hasta la eternidad.

 

Es necesario averiguar cuál es la realidad de lo que comenzó siendo una sospecha infundada, una simple excusa para tirar del hilo de sus inseguridades, pero si hay dudas acerca de si uno le gusta al otro, no hay camino más corto y más recto que el de preguntárselo.

 

Y más adelante, ponerse a la gratificante tarea de mejorar la Autoestima, que le va a venir muy bien.

 

Es preciso que recuerde que el hombre no se enamora solamente de unas nalgas o unos pechos, también le interesa, y mucho, el resto, y si la ha elegido a ella por algo será. Y conviene que el hombre valore que ella se han enamorado de él, en su conjunto, y que otros más guapos, inteligentes, simpáticos, o con cualquiera de esos dones que uno no tiene, han sido descartados cuando le seleccionó a él.

 

Todo lo anterior queda invalidado en los casos en los que el otro ha dejado clara su posición de que  realmente “ya no le gusta”. Entonces ya no es una suposición sino una realidad y ya hay que tratar este asunto de otro modo.

 

SUGERENCIAS PARA ESTE CASO:

 

- Las inseguridades personales –fruto de una Autoestima baja o inexistente- llevan a sospechar continuamente del otro y a ver situaciones que les llevan a los celos donde realmente no existen.

- Si una persona siente que el otro no le presta atención tiene el derecho, y la obligación, de comunicarlo para resolverlo.

- “Ya no le gusto” puede ser una suposición equivocada. Mejor preguntar para confirmarlo o desmentirlo.

 

 

Francisco de Sales

 

 

 

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