El velo de la novia

[Sebastiasd]

Todo estaba listo. Me iba a casar y por el momento nadie iba a hacer nada por detener el matrimonio. Estaba plenamente enamorado y suponía que ella lo estaba de mí. Habíamos elegido la iglesia que se encuentra en la plaza Ñuñoa para la ceremonia. Era bellísima. Invitamos a nuestras familias, amigos más cercanos y nadie más.

Cuando ya me encontré en el altar y veía como mi novia se me acercaba a pasos ralentizados, a lo lejos, noté que algo había cambiado, y ese algo, se encontraba detrás de su velo. Ella llegó hasta mí, le besé la mano y se ubicó al lado de las madrinas de la boda. El cura comenzó la ceremonia y dejé pasar el malestar que había sentido en un principio. Ya, en el momento en que nos habíamos puesto los anillos y nos juramos amor eterno, el cura soltó la célebre frase: "Ahora son marido y mujer. Puede besar a la novia"

Con un acto reflejo mis manos se abalanzaron al velo de mí, ahora esposa, y le descubrí la cara. Mis ojos se tornaron furiosos. Aprete los puños al punto de sacarme sangre con mis propias uñas y comprendí, finalmente, que el velo de la novia no la haría más hermosa de lo que era hasta ahora.