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The Silver Dimention


Azazell

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Capitulo I

 

Ríos de chocolate, ríos de hielo cristalizados y la reminiscencia con que el sol proyectaba, hacía que mi sombra fuera perdiéndose con el contraste del iluminado paisaje, que de gris comenzaba a desbordar colores vivos, ensoñadores y fulminantes que llegaban a traspasar mi alma y el iris de mi ojos.

Por los senderos de este lugar, pensaba si alguna vez me encontraría con ese bosque, pero no estaba en el bosque decía mi subconciencia mientras cantaba, estaba desbordando mas bien metalizándome para poder de alguna vez por todas despegar del suelo y flotar en el aire justo con las aves de cristal.

Mientras caminábamos (digo así porque al lado mió caminaba un espíritu, y al otro un duende bastante misterioso que se reía a cada rato) escuchábamos la voz de la naturaleza, el grito de la lluvia de flores que se produjo después de nuestra siesta. Siendo así una larga trayectoria, y todo el momento de entrar por un pasillo lleno de malditos y extenuantes relampagueos provenientes de esa otra ‘’maldita vida’’, algo así llamada tierra, ¿Quizás estaba en la dimensión desconocida pensaba yo? Si, era exactamente eso, esa otra dimensión en donde se cometían crímenes y desordenes, donde la vida era un mar de sufrimientos, mientras yo solamente vivía la paz y la tranquilidad de aquel universo conjugado por la libertad, la gente reía sin tener que pensar en que el tiempo se iba, porque el tiempo no transcurría, el sol rojo demoraba una eternidad, la luna era bondadosa, la noche era de estrellas de felicidad.

Entonces no sabría como describirlo, pero no me podía ve las manos, ni los brazos, ni mi torso y piernas, era invisible por mi, porque los demás si me podían ver y podían decir que era un joven tranquilo pero extrovertido y tan solo eso…flotábamos en el candente aire, no ese aire sofocante, sino que el aire que me daba vida y eterno placer de vivir, ese cuerpo liviano que me hacia reír, ese olor místico por el cual sentí tanta admiración, me estaba perdiendo en la satisfacción.

Llevado por la tranquilidad, se me acerca una humilde y delicada joven de contextura delgada, de finos y llamativos ojos, melena larga pero encantadora sonrisa:

 

-Tú debes ser uno de los nuevos ¿o me equivoco?

 

El tiempo como decía ya no transcurría, pero hubo un silencio y le dije:

 

-La verdad es que en este momento no podría decirte cual es mi objetivo, creo estar paseándome por este misterioso y relajado lugar.

 

La joven me mira con cierto interés pero nunca dejando de lado la sonrisa de su rostro:

 

-¡Vaya, vaya…! Bueno, la verdad es que como veras aquí esta prohibido hacer nada, porque siempre tenemos que hacer algo, por ejemplo puedes practicar mucho de las artes que se tenían pensando que no existían y en verdad existen, solo tienes que investigar y saber. También queda prohibido llorar, porque en este lugar la felicidad es un requisito que todo ciudadano tiene… ammm… y se me olvidaba algo…. ¿tu como te llamas si no es mucho pedir?

 

Fue en cosa de segundos de haberla conocido y ya quería saber mi nombre (no supe el motivo) pero después de todo le dije.

 

Me llamo…me llamo…maldición ¿Cómo me llamaba?

 

La muchacha se reía, puesto que no había ningún problema olvidar las cosas ¿no? Al fin y al cabo luego recordaría mi nombre, estaba un poco confundido con todo lo visto hasta este momento.

La muchacha se queda pensando y me dijo:

 

-Pero hagamos lo siguiente…dime un nombre y te llamaras así ¿qué dices?

 

-Bueno, mmmm…me llamare Ben J. Johns. – dije. Fue lo primero que se me vino a la mente.

 

-Gracias, lo tendré registrado para que seas parte de este universo. Y a todo esto creo que debo irme, si quieres encontrarme en algún lugar no dudes de recordarme en tu frágil mente, puesto que nos podemos comunicar telepáticamente por si no lo sabias. Adiós, cuídate y nos vemos.

 

En ese mismo instante me di cuenta de la misteriosa vida que estaba viviendo, en otras palabras, estaba en una metamorfosis dimensional.

 

 

Capitulo II

 

Enrarecido, mientras la consternación se adueñaba de mis sentidos, el sol acaecía como una estrella fugaz, estaba en una especie de trance pensando en la joven que había conocido en la tarde, me preguntaba si seria verdad lo de la telepatía, y tan rápido como pensaba en ella fue cuando de pronto escuche una dulce y melódica voz proveniente de un lugar que no podía ver. Fue cuando entonces esa voz desconocida me empezó a guiar hacia un lugar que no tenía ni la más mínima idea donde quedaba, pero seguía sus instrucciones al compás de sus palabras, después de largos momentos llegue a una puerta plateada que estaba en medio de la naturaleza, aislada de los vacíos de mi mente…esa puerta significaba algo especial en aquel lugar, era algo como la ‘’transición hacia lo desconocido’’, ahora, ¿Qué tan desconocido era para mi abrirla? No lo se, pero no perdí tiempo alguno, al momento de querer abrirla, aquella voz tan delgada y exquisita me decía ‘’ no querrás volver a abrirla, pueda que veas los suburbios de tu imaginación y conciencia’’, pero no fue así…la consternación y la curiosidad me llevaron a tomar la manilla y abrirla poco a poco, con una lentitud que enardecía mi espíritu inocente. Entonces fue cuando producto de mi inquietud la puerta se abre en un abrir y cerrar de ojos, como si mi esfuerzo no hubiera servido para nada, y fue entonces cuando mi sangre se torna helada, en ese preciso momento justo aparece Amamanta, la joven que me guió a esta dimensión desconocida.

 

-¡Detente un momento!- dijo consternada.

 

Me grito de una manera tan descomunal que producto de eso empecé a convulsionar de a poco, mi cuerpo no respondía, la joven de pelo largo y vestido hasta el suelo se bajo de su caballo y se tiro encima mió con toda fuerza, no se que mierda estaba sucediéndome pero estaba viviendo la peor tragedia de mi vida.

 

-¿Qué crees que haces? – me dijo en un tono extenuante pero intimidante.

 

Justo cuando iba abrir mi boca para hablar fue cuando me tapa la boca con sus manos y en un intervalo de ‘’pocos segundos’’ me deja sin respiración alguna hasta desesperarme, suelta sus mano y acerca su rostro hacia el mió, y me da el beso mas asqueroso que nunca había sentido en mi vida, sentía como su lengua se estiraba hasta meterse por mi traquea. Al paso de los pocos segundos que sucedía esto me desmaye por completo perdiendo la conciencia. Ella mataba neuronas para luego hacer olvidar los recuerdos del joven.

El decía estar tranquilo en su burbuja mental, encerrado en su pesadilla, la joven lo cuidaba en su casa de madera de robles, el cielo era de un azul vivo como el mar. Amaranta lo observaba sigilosamente por cada movimiento que el hacia dentro de su anormal estado mental. Se acerca a el y le dice:

 

-Creo que ahora estarás mas tranquilo después de la gran pesadilla que tuviste, estarás viviendo para siempre en este lugar.

 

-¿Tu crees? – le pregunte consternado.

 

Huno un pequeño silencio. La joven que parecía ser más bien princesa se acerca a mí y pone la mano en mi pecho…con un tanto de asombro me quedo paralizado. De pronto veo como todo el cuarto se ilumina de un color tan fuerte como los rayos del sol caliente, me queda mirando y veo como va desapareciendo…

 

 

 

Edited by Azazell
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