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Cuento de Ficción


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En el año 2312 pocas cosas generaban tanta expectación en la gente como lo hizo Prolife en los días previos de su salida al mercado. Sus creadores eran una prestigiosa empresa dedicada a la robótica, basicamente diseñaban robots que ayudaban en labores domésticas y administrativas. Sin embargo su último proyecto era algo diferente. Aseguraban que Prolife era capaz de estimar la probabilidad de que una persona muriera en un día determinado, en otras palabras calculaba el riesgo de muerte a partir de una serie de datos personales que eran ingresados, tales como la fecha de nacimiento; los hábitos alimenticios; actividades diarias, etc. Además, y esto era lo que a la gente más le interesaba, era capaz de dar algunas recomendaciones con el fin de minimizar los riesgos.

 

A pesar que en esos días la esperanza de vida superaba los 120 años, la fragilidad de la existencia humana seguía tan latente como en sus inicios. Muchos morían a diario por causas que a la postre eran consideradas totalmente corregibles. Esto fue lo que motivó a Pedro para comprar su propia unidad de Prolife.

 

Era un día caluroso, la gente hacia filas para comprar sus productos. Pedro esperaba su turno con impaciencia. Pese a no tener una buena situación económica usó los ahorros que tenía para asegurar lo que apreciaba más que cualquier cosa en el mundo.

 

Durante el trayecto casa comenzo a sentir una extraña ansiedad, el corazón le latía con fuerza, sus manos sudorosas apenas lograban asir el volante. Lo único que quería era llegar y encender la máquina que parecía hacer lo imposible.

 

Al fín en casa desempacó el producto y comenzó a introducir los datos tal como indicaba el manual. Mientras ingresaba los datos le pareció que muchas preguntas eran demasiado personales, algunas incluso parecían morbosas. Pero como tenía un contrato de confidencialidad decidió que no corría riesgos. Luego, conectó la máquina a la red, lo cual era un requisito fundamental para el buen funcionamiento de el equipo.

 

Cuando terminó, presionó el pequeño botón verde que estaba en el centro. Sólo quedaba esperar que la pantalla arrojara su porcentaje de riesgo. Pasaron unos pocos segundos hasta que apareció el número 99 en color rojo y más abajo un ícono con la palabra “recomendaciones”. Esto último ni siquiera le llamó la atención, sus ojos estaban fijos en el 99, esto es imposible - pensó. Había investigado, y las veces que Prolife había acertado, los valores no superaban el 60%. Intentó reiniciar el equipo pero el 99 aparecía una y otra vez. La desesperación dio paso a la ira, pensó en ir a la tienda y pedir un reembolso pero al momento de tomar las llaves se paralizó. Y si ésta maldita cosa decía la verdad, no podía arriesgarse a salir a la calle con esa incertidumbre. Decició quedarse en casa y esperar que ese día nefasto quedara en el olvido.

 

Toda su vida le había temido a la muerte y sobre todo el sufrimiento que ésta implica y aunque no le afectaba el sufrimiento ajeno no soportaba tener que enfrentarlo. Así que se acostó y trató de dormir.

 

Unas semanas después y tras recibir la denuncia de los vecinos que no soportaban el hedor, la policía encontró el cuerpo de Pedro. Estaba sentado en el sofá, su cabeza había sido destrozada por la escopeta que descansaba sobre sus piernas. La investigación reveló que ese hombre era buscado hace varios años por haber asesinado y violado brutalmente a varios menores.

 

Los Creadores de Prolife estaban asombrados con el incidente y sobre todo con el fatal número 99. Decidieron investigar, y con el tiempo descubrieron que una parte del código moral de la maquina se había modificado de manera espontánea, lo que en definitiva, cambió todo su comportamiento, incluyendo el tono de sus preguntas y recomendaciónes.

 

Hasta ese día las mutaciones de este tipo nunca habían sido registradas.

 

 

 

 

 

Se valora cualquier tipo de crítica, incluso las mal intencionadas.

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  • 3 weeks later...

Esta bueno el libro, pero encuentro que falto que explicaras mas las cosas como lo del 99, se puede prestar a demasiados pensamientos vivirá (vivirá 99 años más, tiene 99% de morir luego).

 

Encuentro que la idea del texto buena y entretenida.

 

Gracias por el comentario.

El número es una probabilidad de muerte, esa es la gracia de la maquina.

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