Perímetros

[El-NeGRo]

Una cosita que escribí medio deprimido, medio pensativo; bajo el contexto de estar "previo" a terminar una relación .. quizá alguien lo encuentre verosímil en su propia vida.

 

 

Perímetros

Amargo; sino, ¿como definir el estado de indecisión al interior de un hombre? Son relevantes cada hecho, cada triste, inoportuno o quizás memorable recuerdo de una cercana historia.

 

Él una vez mas tenía en su distorsionada cabeza normales, subjetivos pensamientos de cómo podría comportarse después para proceder; que hacer, que decir, que caras y que gestos simular para hacerse entender ante tal público de una persona, y que una lluvia numerosa de una lágrima, derribara su escenario como las turbas enfurecidas no comprenden un a un mal expuesto.

 

Así que se aproximaba el día, el día en que podría su subjetiva libertad tuviese más rienda, y pudiese entrar a vagar, tristemente, en los largos caminos del reconocimiento: camino que, en muchas ocasiones donde quizá podría finalmente ver su espalda, tocarlo y llamarle preguntando “¿Qué tienes en la cabeza?”, y así, quizá, tendría sus respuestas, a las que todavía no les disponía una pregunta correspondiente al calibre de las entregadas.

 

Cerró de a poco el libro en el que depositaba su mente, un par de horas al día, quizá más; Se dispuso a continuar puliendo su cadena amada, que lo mantenía, de la mano izquierda, amarrado a un hermoso árbol, de gruesas y profundas raíces.

 

Miraba con extrañeza –y emoción- otros árboles, sus distintas hojas, sus cuerpos y ramas distintos, unos roídos por inmundos insectos que daño le hicieron, y estos con cada vez mas cautela los derribaban de sus ramas cuando estos intentaban hacerse un hueco en sus pulidas ramas.

 

¿Era así como el veía que veían todos los demás sus cadenas? Pero antes se preguntaba, ¿Quién había puesto esa cadena ahí?

Confirmó viendo con detenimiento la cerradura, única, que tenía en la parte inferior del tronco del amado árbol, y pudo ver que la llave, también se podía ver, pero en el polo opuesto del árbol, se veía la resplandeciente liberadora.

¿Debería cogerla? –Se preguntó con inquietud.

¿Para qué la quiero? –miró su cerradura- ¿Para abrir esta cerradura?-frunció el ceño, y continuó procesando el complejo resultado de lo que ocasionaría obtener esa llave- hasta que después de pensar en que la obtendría, se creó una nueva pregunta: ¿Y que haré luego de estar libre? –Miró a su alrededor, miraba y buscaba, miraría y encontraría posteriormente que había muchas otras personas encadenadas a distintos árboles: algunos eran mujeres, otros hombres, emparejados a sus respectivos árboles, cada uno, distinto a los demás.

 

Finalmente se decidió, y alargó su brazo, separándose del árbol, y trató de alcanzar la llave; pero el árbol se interponía.

 

Pensó en romper una rama del magnífico árbol, pero estas estaban muy altas; pensó en que talvez le sería posible alcanzarlo si se estiraba y tenía elongación después de un tiempo, pero no le fue posible; pensó incluso en que el viento podría moverla y acercarla –a la vez que podría alejarla-, pero esto tomó mucho tiempo, y finalmente, después de 2 años, y con todas las brisas que corrían, su llave no se movió: era mas pesada que otras, podía ver como muchas llaves volaban a sus dueños, y otras se alejaban.

 

No tuvo más opción: si quería alcanzar su libertad, tendría que romper ese árbol que se interponía en su camino.

 

La tristeza lo llenó, sus ojos agotados estaban cerrados para no sentir mas pena; sus músculos lo incentivaban a seguir tirado en el piso, su sangre, boicoteaba el azúcar para que ni siquiera pudiera obtener energía fácilmente.

 

El complot de su cuerpo contra Él lo dominaba sin duda, pero su mandamás craneal logró domarlo, y tomando firmemente el árbol, intentó levantarlo: pero sabía que volvería a caer al piso, y podría aplastarlo a él.

Intentó entonces incluso enterrarlo en un hoyo profundo; pero sin herramientas, penetrar el concreto sería una tarea suicida. Hasta que por fin tomó la más drástica decisión: Destrozaría su obstrucción a la mitad.

 

Después de las raíces, el noble árbol tenía una cintura delgada, perfecta para poder tomarlo con ambas manos y poder quebrarlo. A pesar de su delgadez, la tarea fue ardua y penosa. Ni bien era afilado o rugoso, sino que mas bien era liso y suave; el árbol comenzaba a hacer sangrar las manos, sentía el dolor cundiendo en sus venas y en sus ojos que más lágrimas debían producir.

 

El árbol se quebró: el mundo, perdía su color, se puso obscuro, como si la única fuente visible brotara de la delgada llave. Después de ser quebrado a la mitad, el árbol obtuvo pies, camino y se alejó corriendo, derrotado.

 

Pasando sobre las muertas raíces que rápidamente se pudrieron y dejaban un polvillo invisible en su cuerpo, alcanzó la llave, y se pregunto después de felizmente desencadenarse: ¿Será suficiente desencadenarse?

 

 

 

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Edited January 24, 2010 by El-NeGRo

[MrHuaso]

sentí un poco forzado el "estilo literario", a veces las frases no se sentían muy bien por la "inserción" casi obligatoria de cierta estructura que la haría ver más "bonita" o mejor expresada.

 

Pero el texto, no aplicable en mi vida, sí tiene un sentido muy bonito y reflexivo, el liberarse de algo..

pero el liberarse de algo por qué sí? o por ser como otros?

muchas preguntas surgen... preguntas... no pesadas, preguntas románticas... al menos para mí

[El-NeGRo]

sentí un poco forzado el "estilo literario", a veces las frases no se sentían muy bien por la "inserción" casi obligatoria de cierta estructura que la haría ver más "bonita" o mejor expresada.

Vale, tienes razon... a veces me pasa cuando no tengo las ideas claras y escribo simplemente.

 

Gracias

[Barle]

Por un lado es bueno eso de llegar y escribir lo que se te viene a la cabeza, pero es muy importante, casi fundamental para un escritor, pensarse a sí mismo como receptor y no sólo emisor de lo que se está escribiendo... para eso, la idea es revisar al menos una vez antes el texto, leerlo y corregirlo hasta que te sientas convencido tú mismo como lector :)

 

Saludos